¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adorablemente caliente. Así describiría Hwang Hyunjin al tierno Omega, Lee Felix.
El gran y fornido Alfa, de veintisiete años, está completamente loco por aquel rubio de tan solo diecisiete años. Aquellos se conocían gracias al padre de el menor, quien dirigía una gran famosa de seguridad, siendo socio de Hwang, cuya empresa era bancaria.
Los dos mayores suelen cenar en diferentes ocasiones, mayormente en la casa de Lee, donde también estaba presentes la Señora Lee y su hijo, el pequeño Lixie.
Eran predestinados. Joder, eso el Alfa lo tenía clarísimo desde que entró en aquél hogar por primera vez, el aroma a fresas y naranjas unidas atrayéndolo de manera brusca. Y cuando lo vip, mierda, estuvo a nada de abalanzarse para tocar y besar absolutamente todo su cuerpo.
Su culo era espectacular. Su cintura pequeña, sus muslos regordetes-pero sumamente tiernos-y su piel lechosa.
Felix también había notado el olor a café y cedro en demasía, casi desmayándose por lo delicioso que era. También cuando vio a Hwang, sintió aquella fuertísima conexion, y casi babeó al ver tremenda escultura de hombre.
Pero hoy no vamos hablar de eso, si no del orgullo del pelinegro al haber obtenido el número de el pequeño. No es como si el pequeño rubio se lo hubiese pasado, aunque estaba seguro que si se lo preguntaba, con una de sus hermosas y singulares sonrisas se lo daba.
Justo enfrente de ellos, la Señora Lee recibió una llamada de la profesora de danza del menor, quien hablo con ella para darle su nuevo número, al haberlo cambiado, con el fin que la nombrada lo agregase de WhatsApp de los bailarines.
Hyunjin oyó atentamente, escribiendo de manera discreta las cifras dictadas por el Omega y agregandolo a contactos como <<Bebé 🍑>>, importándole una mierda si ese apodo debía o no ser correcto.
Y cuando llegó a su costoso y lujoso pent-house, no dudo en enviarle un mensaje.
Bebé 🍑 En línea
Hola, precioso.—
A Felix le llegó el mensaje justo cuando estaba metiendose en la cama, dispuesto a dormir. Y al leerlo, quedó algo confundido.
—¿Hola? ¿quién es?.
Oh, soy Hyunjin, corazón, el amigodetupadre.—
El Omega abrió su boca con sorpresa, aún más, confusion, y sin evitarlo soltó una sonrisa. El Señor Hwang de verdad me gustaba, y mucho.
