Capitulo seis: ¿Mi culpa?

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Era gracioso el como las personas se acostumbraban a cualquier tipo de cosas. Que tan rápido la mente es capaz de adaptarse y cambiar dependiendo de la necesidad. Regulus se acostumbro a la presencia un poco molesta de sus amigos, a las barritas secas que siempre comía, incluso a Madame Pomfrey. Pero había ciertas cosas en las que nadie en el mundo puede acostumbrarse, como haberle hecho a tu mejor amigo una estúpida e insensata broma sexual que simplemente no podía olvidar, ni mucho menos podía acostumbrarse a la terrible vergüenza que sentía a cada minuto. Su cabeza le hacia recordar en todo momento esas imágenes abochornantes, incluso, al recordar algunos momentos críticos de su "conversación", su rostro se calentaba y se ponía rojo. Era tan humillante... !Demonios! Simplemente no le gustaba sentir aquello.

También había estado pensando en como se encontraba Altair. Este siempre había sido una persona muy reservada y Regulus supuso que al hacer lo que hizo, debió de avergonzar demasiado a Altair. A Regulus le encantaría hablar con el sobre lo que paso, aclarar las cosas, incluso, había estado pensando demasiado en ser directo con Altair, e ir y decirle algo, pero, conociéndose no sabría lo que le podría decir. Era demasiado orgulloso como para disculparse. Además, no podía ir así como si nada y simplemente no-disculparse, necesitaba una excusa valida, pero, tenia que disculpase, lo sabia muy bien, simplemente las palabras no salían de su boca. Pero aun así no lo haría. El tuvo la culpa, lo admite, pero no hay necesidad de disculparse, ¿verdad?

El simple hecho de pensar en que le podría decir, le provocaba dolor de cabeza.

Tenia que tomarse un respiro de eso, habían pasado tres días desde lo ocurrido y no a podido dejar de sobre pensar en el incidente. Además de que no tenia buenas distracciones como para olvidarlo. En los tres días que trascurrieron, lo había pasado completamente solo. Ya nadie lo había ido a visitar, ni siquiera Cassius, quien siempre estaba atormentando con cualquier estupidez. Como la semana pasada que le conto que lo volvieron a castigar por volver a quemar otro de sus libros. Como siempre, Cassius le conto lo que sucedió y Regulus volvió a hacer oidos sordos, pero asintiendo en varias partes, dando a entender a Cassius que si lo estaba escuchando. Era extraño que no lo fuera a visitar, pero, Regulus no lo necesitaba. Aun cuando sintiera un leve extraño dolor en su pecho, que no estaba relacionado con su herida.

Incluso, Regulus le pidió a Pomfrey, lo más amablemente que podía, que le diera un permiso para que se quedara en su propio dormitorio toda la semana. Solo para... hacer lo que sea. Era mucho mejor estar en su dormitorio, donde se encontraba completamente solo, que estar en la enfermería. No fue una sorpresa cuando Pomfrey se lo negó rotundamente echándole en cara, de nuevo, sus dos desmayos anteriores, alegando, por milésima vez, que si no tenia más cuidado, podría pasarle algo mucho más grave, y Merlín no quiera, la muerte. Obviamente Regulus ya había visto venir ese gran sermón que le dio Pomfrey.

Un golpe hizo que Regulus saliera de sus nubes de pensamientos. Había volteado la mirada y su vista se centro en la entrada de la enfermería, de donde el creía que había provenido el golpe. Vio llegar a... a Potter. Vio como se tambaleaba y luego intentaba caminar recto, camino dos pasos y luego, se desmayo. La preocupación de Regulus se prendió, pero a la vez el pánico lo inundo. Regulus se intento parar pero la herida empezó a dolerle como nunca. Era de esperarse después de no haberlo molestado por quien sabe cuantos días.

—¡Madame Pomfrey! —grito.

Al ver que nadie llegaba, hizo un esfuerzo y se levanto de su cama. Al hacer el movimiento brusco pudo sentir una punzada desgarradora en su herida. Aguantándose el dolor, levanto a Potter con todas sus fuerzas y lo tendió en su cama. Intento revisar si tenia alguna herida o golpe. Agarro la barbilla de Potter y volteo su rostro hacía un lado. Había observado que tenia un enrojecimiento en su pómulo. Vio como estaba empapado en sudor. Regulus pensó que fue un golpe jugando Quidditch, pero nadie tenia entrenamientos. Se pregunto de nuevo, por que nadie lo había traído, pero sabiendo bien como era Potter, rápidamente descarto la idea de pensar que el iba a pedir ayuda a alguien más.

¿El amor lo es todo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora