Capítulo ocho: ¿En serio, de nuevo Potter?

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Había pasado ya un buen tiempo desde la plática con Cassius, donde este la llamaba "momento de abrirse". Que nombre tan estúpido, le dijo aquella vez a Cassius. Este simplemente paso de largo su insultó y desde ese entonces Regulus se sentía un tanto diferente, no sabía si para bien o para mal, pero se sentía más liviano. Como si contarle eso a Cassius resultara liberador. Obviamente Regulus hubiera preferido evitar esa platica, pues aparte de sentirse liberado, se sentía expuesto. Como si en cualquier momento Cassius cometería tal estupidez como contárselo a alguien. Regulus además de sentirse avergonzado, se sentiría traicionado. Pues Cassius es su mejor amigo en todo Hogwarts y si lo llegase a hacer, lo sentiría como una apuñalada en la espalda. Pero creí que eso no pasaría, aunque en una parte de su cabeza, no podía quitarse esa duda, por más imposible que la encontrara.

Desde ese entonces no había pasado mucho. Aun no podía arreglar las cosas con Altair, ni con su propio hermano. Pero él era lo de menos por ahora. Nunca había estado bien con su hermano y cuál era la necesidad de estar bien con el ahora. Además, conociéndose era obvio que no arreglarían las cosas, por más que lo quisiera, siempre salía mal, y era claro que siempre seria su culpa. Con quien si quería estar bien es con Altair, pues es su amigo. Su amigo que más lo entendía, con quien tenía más cosas en común, con quien más se relacionaba fácilmente. Obvio no minimizaba la amistad de Cassius, pero no era lo mismo que con Altair. Extrañaba las recomendaciones de Altair. Los libros que siempre leía eran impresionantes y Altair los resumía de una manera tan llena de emoción, que hacía que te diera ganas de leerlo. Eso era lo que más extrañaba de Altair. Le preguntaba de vez en cuando a Cassius como estaba, si había pasado algo con él y así. Cassius simplemente se limitaba a decir lo bien que estaba, lo bien que le iba en las clases y cosas así. No decía más pues, Altair también se distancio un poco de Cassius. Cosa que se le notaba claramente que le dolía Cassius. Pero Regulus al no poder consolarlo bien. Se limitó a decirle lo muy apenado que estaba y que no tocaría el tema de nuevo, cosa que Cass agradeció.

Fuera de eso, le había parecido extraño la manera en la que Cassius se deprimió ante la falta de Altair en sus días. Llego a tal su tristeza que no comió por una semana y siempre que a Regulus se le salía su nombre, una variable de este, e incluso si decía algo que Regulus no sabía que le recordaba a Altair, Cassius dejaba de hablar y se sumía en un silencio sepulcral. Tanta preocupación le causaba el estado de su amigo, que llego a hablar con Madame Pomfrey sobre darle una poción que revirtiera esa tristeza. Pero ella misma dijo que, para problemas de corazón, no había remedio alguno. Regulus ni siquiera entendió por qué le dijo eso, y así mismo lo dejo de lado. Como el problema de su amigo. Supuso que ellos dos lo resolverían. Pero tenía duda de que su distanciamiento fuera provocado por el inconveniente que tuvieron aquel día Regulus y Altair. Aun que ni el mismo sabia como abordar el tema para resolverlo. No es como si de la nada se acercara a Altair y le dijera: "Hola, disculpa mi comportamiento sexual el otro día, es solo que te tenía ganas" ¡Merlín no! Regulus llevo una de sus manos a su frente, soltando una pequeña risa por ese pensamiento.

Se sentía algo estúpido al no saber cómo arreglar un problema tan insignificante como ese, pero que más podía hacer. No podía encontrar en su mente solución alguna para eso. Es, al parecer, un dilema. Un dilema que le causaba demasiada frustración.

Había ideado planes para que ellos dos hablaran, pero no era problema de ellos, era suyo y de Altair, pero como no quería encontrar soluciones, daría por muerto el problema, pero, si solo pudiera salir de esa enfermería demoniaca, todo esto se hubiera solucionada de una maldita vez. Pero el problema de su herida no tenía ninguna solución aparente. Aunque, según Madame Pomfrey, había demostrado una recuperación asombrosa. Su herida cicatrizo en las orillas, pero extrañamente eso le provoco unas líneas blancas, como raíces que se expandieron por todo su abdomen, no tan grandes, pero en el centro aún estaba abierta del todo. Según Cassius parecía que lo habían apuñalado, un día que lo vio hacerse su chequeo. Y, por ende, Pomfrey le prohibió hacer de todo, incluso respirar. Regulus suponía que ella pensaba que, si respiraba, su herida se volvería a abrir. Aunque preferiría eso, porque las cicatrices que le dejo eran horribles. Le pidió a Pomfrey una poción para curar esas manchas horribles, pero argumento que no había nada. Si Regulus buscara en aquel libro que encontró la vez que hablo con Sirius en la biblioteca, ya hubiera sanado desde hace siglos. Era un tormento. Si tuviera esa posibilidad de poder salir y tener el tiempo suficiente para buscar, hallaría una manera de curarse sin ningún tipo de cicatriz horrible.

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