0. Prólogo

960 44 7
                                    


Notas: ¡Buenas! Como os comenté en mi otro fanfic "Casada con un demonio" habia comenzado a idear otra historia con una ambientación contemporánea para esta pareja, y aquí la tenéis! La verdad es que me siento con mayor libertad para de expresarme al no estar ambientado en el período Sengoku esta vez y tengo ganas de mostrar nuevas situaciones para estos dos, espero que te deis tanto amor a "Under my skin" como a mi otra historia.

Aclaro que ambas historias que pueden leerse de forma independiente, y si eres nuev@, te doy la bienvenida a este breve apartado donde os cuento mi vida, a veces.

¡Os dejo con el prologo!

Jadeé, aferrándome a los hombros desnudos de mi amante, con nuestros cuerpos bañados en sudor. Me encontraba sentada a horcajadas sobre él, rodeando su torso con mis piernas, recuperándome tras el clímax. Su largo cabello plateado se enredaba ente mis dedos, suave como hilos de seda.

El hombre alzó el rostro para besarme una vez más, atrayéndome hacia él y devorando mis labios amorosamente. El tacto de su lengua era delicado, aunque hambriento, y yo jamás podría cansarme de corresponderle. Cada noche de pasión que pasábamos juntos más me convencía de que jamás sentiría lo mismo por nadie que no fuese él. Ni siquiera por mi futuro esposo.

- Rin... - Gimió él contra mis labios. – Hay algo que quiero decirte, yo...

Cubrí su boca con mis dedos, deteniendo su inminente confesión.

- No digas nada, Sesshomaru. – Le rogué en voz baja. – Solo... hazme tuya una vez más, por favor.

Él no lo sabía, pero aquella podía ser la última vez que nos viésemos de aquella manera clandestina. Cuando mi padre anunciase mi matrimonio con el shogun, al otro lado de la región, ni siquiera podría volver a ver el rostro de mi amado. Sin embargo, aquel matrimonio pactado pondría fin a las incesables guerras, por lo que supondría salvar miles de vidas inocentes. Por mucho que odiase la idea, sabía que no podría negarme llegado el momento.

Fundí mi boca con la de Sesshomaru bajo su melancólica mirada, evitando por todos los medios darle demasiadas vueltas a mi inevitable destino. Debía disfrutar aquella noche como si fuera la última. No quería que él guardase en sus recuerdos una imagen de mí llorando desconsoladamente, por lo que debía de ser fuerte.

¿Sesshomaru se sentiría traicionado cuando se enterase de que iba a desposar a otro hombre mientras él permanecía como el consejero de mi padre por el resto de sus días? ¿Me extrañaría cuando me marchase? ¿O se buscaría una nueva compañera en mi ausencia? Fuera como fuese, sabía que dejaría de ser asunto mío tan pronto como se hiciese público el compromiso. Por mucho que se me encogiese el pecho ante aquellos escenarios, no podría mostrar preocupación o interés por el nunca más.

Moviendo mis caderas rítmicamente, noté cómo su miembro se ponía duro dentro de mí de nuevo. Mordí su labio inferior, complacida. Él rodeó mi cintura con sus grandes manos, jadeando de pura excitación. Nadie podría jamás hacerme sentir como él. Yo sabía que no era como el resto de los hombres, tenía algo completamente diferente. Hacía tiempo que había notado cómo sus uñas crecían hasta convertirse en garras cuando hacíamos el amor, y sus colmillos se afilaban como los de una bestia carnívora. Y sin embargo, siempre había fingido no darme cuenta, temerosa de que aquel descubrimiento pudiera acabar con nuestra relación.

Pero por este mismo motivo, quizás era mejor que nuestros caminos se separasen en aquel punto. Él podría mantener a salvo el secreto que moría por compartir conmigo. Si yo no llegaba a tener conocimiento de ello, nadie podría hacerle daño a través de mí. Aquello era lo más seguro, y lo mejor para ambos.

Todo lo que me quedaba por delante era una vida dentro de un infeliz matrimonio, pero así cumpliría mis deberes como hija de mi padre y con toda la gente de mi clan. No tenía otra opción si no quería decepcionar a todas las personas que me habían cuidado y rodeado desde la más tierna infancia. Me resigné a pensar que, al menos, siempre podría mantener en el corazón el recuerdo de aquel hombre de ojos dorados amándome, ese sería un tesoro que nadie podría arrebatarme jamás

Sesshomaru acarició mi espalda en sentido ascendente hasta enterrar sus dedos en mi cabello. Sus besos se volvieron más apasionados mientras comenzaba a hundirse en mi interior lentamente. Él siempre me tocaba con suma delicadeza, como si temiese quebrarme con sus férreos brazos, como si yo fuera su posesión más preciada. Gemí, mirándolo directamente a los ojos, despidiéndome en silencio.

Mientras nos fundíamos el uno en el otro por última vez, solo rezaba por que mi recuerdo no le impidiese volver a enamorarse de nuevo. Lo último que deseaba era hacerle daño de esa manera a la persona más importante para mí.

Notas: Flashnacks, flashbacks, vaya si me gusta introducirlos cada vez que tengo ocasión. Que no os engañe este prólogo, la historia tiene ambientación en el siglo XXI, lo prometo! Sólamente os adelanto, por si no había quedado suficientemente claro con este primer fragmento, que esta historia contiene temas relacionados con la reencarnación, así que ahora os animo a leer el primer capítulo a continuación^^

Under my skin (Sesshomaru x Rin) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora