Significa que te quiero

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 Fueron unas vacaciones insoportables.

Miércoles estaba más que confusa por lo sucedido aquella noche en la que se dejó llevar, quería sentirse arrepentida, pero cada vez que recordaba aquél momento no podía evitar un fugaz deseo de repetirlo que le había atormentado a cada segundo.

Enid por su parte, echaba muchísimo de menos a su compañera de habitación, pues sentía una oleada de alegría cada vez que recordaba sus besos, y a la vez no quería pensar que algo hubiese cambiado entre ellas, desde luego deseaba a Miércoles Addams cómo más que una amiga, pero no quería que se distanciase.

Fue por ello, que tras bastante esfuerzo, logró conseguir el nuevo número de Miércoles, y estuvieron hablando gran parte de las vacaciones.

Solo entonces Miércoles decidió dejar pasar todo aquello que la atemorizaba respecto a su amiga, y centrarse en otras cosas más importantes, pues a pesar de que era eso lo que ocupaba su mente, no era lo único que le había ocurrido antes de regresar a casa.

Un acosador bastante curioso parecía estar espiándola a cada paso, recibía fotos casi a diario, fotos en las que aparecía ella cocinando, durmiendo, lanzando cuchillos contra la pared... Ella ya había intentado poner trampas en cada uno de los rincones en los que parecía localizarse el fotógrafo, pero nunca daba resultado. Por no hablar, de que no sabía cómo continuar su novela, puesto que sus intentos de atrapar o descubrir a aquella persona fracasaban y no logaraba avanzar en su investigación. En el fondo sabía que sólo encontraría respuestas al regresar a la escuela.

Antes de terminar las vacaciones, Ined la convenció insistentemente de quedar, a cada minuto que pasaba la chica sentía mayor necesidad de hablar lo sucedido, de aclarar los hechos.

Miércoles accedió, y se vieron un par de semanas antes de volver a la academia.

Pensaron en quedar en la cafetería Weathervane, pero enseguida lo descartaron, demasiados malos recuerdos a los que no sabían cómo reaccionar, sobre todo por Enid, que aún permanecía muy marcada por todo lo sucedido.

Finalmente optaron por otra cafetería menos conocida y un poco menos luminosa. Aún así les pareció buena idea verse allí.

Miércoles realmente no sabía cómo reaccionar al tenerla delante, la chica estaba empezando a temerse a sí misma por sentir, se notaba frágil y realmente odiaba eso.

Aquel día Enid ya esperaba impaciente sentada en una mesa junto a un ventanal grafiteado, que aún así dejaba pasar la luz.

Al verla lo único que podía pensar Miércoles era en sus labios bajando por su cuello, y la sensación de querer más que tenía en aquel momento, un más que nunca sucedió debido al cansancio y la fatiga de un mes demasiado intenso. Y la chica no sabía bien si alegrarse de haber parado, o entristecerse de no haber seguido hasta saciar todos sus deseos.

Trató de olvidar esto y se acercó decidida hacia Enid, que sonreía emocionada.

Se sentó en frente de ella. No sabía que decir, y al parecer, su compañera tampoco. Por suerte llegó un camarero de aspecto bastante mayor y cansado para servirle un café a Enid, que al parecer lo había pedido hacía rato.

Miércoles pidió un vaso de agua y el camarero se marchó cojeando.

– ¿Qué tal tus vacaciones? –dijo Enid

– Bien

Su respuesta fue tan laxa como siempre había pretendido, sin embargo en ese momento se arrepintió de decirlo de esa manera cuándo vio que a Enid se le torcía un poco la sonrisa.

Miércoles retomó la conversación, dando más detalles y preguntando por ella. Pasaron un buen rato hablando de cómo se lo habían pasado y que habían hecho.

Las chicas casi se olvidaron de las tensiones que tenían al comenzar la conversación, hasta que terminaron de contárselo todo, y de repente no sabían de qué hablar.

Fue Enid la que comenzó.

– ¿Recuerdas aquella noche? –susurró Enid con un hilo de voz

– Sí

Miércoles se ruborizó y bajó un poco la mirada.

– Sólo quería decir que lo siento, quiero decir, quizás te forcé, y yo... yo... esos besos no tienen que significar nada, podemos olvidarlo todo si tu quieres, no quiero que todo cambie... si yo no te gusto no pasa nada... mejor olvidamos todo aquello, no es para tanto... no quiero decir que no beses bien o que no me guste... de hecho, a mi me encantó. No quiero que te sientas presionada, esos besos no significaron nada para ti... y no quiero que las cosas cambien.

Miércoles no sabía que decir, en aquel momento solo recordó dos cosas, el placer que sintió al ser besada y el dulce sabor al besar sus labios.

Por toda respuesta se inclinó hacia delante y besó a Enid una vez más, mucho más corto, pero con mucho más significado.

Enid se sorprendió y comenzó a sonreír.

– ¿Eso significa....? –no pudo terminar porque Miércoles la interrumpió poniéndole un dedo sobre los labios

– Significa que te quiero.

Wenclair Love, sin ti no soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora