Especial San Valentín

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  Es catorce, catorce de febrero, y todo el mundo sabe que ocurre este día del año ¡Feliz día de los enamorados!

Enid y Miércoles eran conscientes de la importancia de ese día, pues aunque era para Miércoles un día más, sabía que a su novia le hacía inmensa ilusión pasarlo a su lado.

Enid llevaba ya días pensando en que podría  regalarle a Miércoles, y estaba muy ilusionada, mientras que su novia tenía preparado el regalo desde hacía ya tiempo.

Ambas amanecieron repletas de felicidad, se felicitaron y se dieron un dulce beso antes de prepararse para el desayuno.

Miércoles bajó super rápido, pues tenía pensado un pequeño detalle para el desayuno, por lo que se vistió apresuradamente y le dijo a Enid que le guardaría sitio.

Nada más llegar al comerdor, cogió unas bandejas para ambas, y le pidió a la cocinera que le diese lo que le había estado guardando, ¡Chocolate! Era la comida preferida de Enid, y además estaba en forma de corazón.

Cuando la chica rubia bajó de su habitación, Miércoles ya había empezado a comerse su tazón de cereales.

Nada más ver en lejanía la silueta de un corazón, corrió hacia Miércoles y se hizo hueco entre sus brazos, dándole un beso, corto, pero muy significativo, pues aquel era el primer beso que se daban en público, a pesar de que ya no era ningún secreto. Alguna gente se giró, pero la mayoría apartó su mirada antes de que Enid se percatara de como la observaban.

Se sentaron juntas y acurrucadas en una manta rosa que había traído Enid, pues hacía mucho frío.

Cuando se marcharon de la mano, fueron hacia las clases, y a pesar de que les gustaría haber seguido juntas todo el día, tuvieron que distanciarse un poco en el horario de clases.

Cuando Miércoles subió a su habitación, encontró unas rosas negras, le parecieron preciosas y al lado una nota "eres mi chica siniestra favorita" poco después apareció Enid, como si tal cosa, y Miércoles se fundió con ella en un abrazo apasionado.

Miércoles colocó las rosas en su lado de la habitación, y de alguna forma ambas seguían sabiendo que quedaban muchas sorpresas en aquel día.

Por la tarde, aprovecharon la hora del club para ir al bosque, pues ahora que no estaban en el punto de mira de la directora, tenían algo más de libertad, pidiendo a Eugene que se encargase de las tareas.

Concretamente, Enid llevó a Miércoles al bosque.

¡Le había preparado una búsqueda del tesoro!

Enid siempre era super detallista, y aquel regalo entusiasmaba muchísimo a Miércoles, amante de los rompecabezas y acertijos.

Tuvo que pasearse por todo el bosque, siguiendo unas pistas con rimas muy poco pegadizas, y finalmente llegó a una pradera donde desde hacía unas semanas les gustaba frecuentar, pues podían estar completamente solas, y a Enid le había ayudado mucho para aislarse de los comentarios de sus compañeros.

Allí encontró una cajita detrás de una piedra, la cual abrió con mucha curiosidad, pues había pasado casi una hora resolviendo acertijos seguida de Enid, que no había perdido esa sonrisa pícara ni un momento. Dentro de la caja había ¡un gatito! Un precioso gatito negro de ojos verdes.

Miércoles cogió al gato que se acurrucó en sus brazos con suavidad.

¡Le encantó! Decidió llamarlo Storm, lo cual más tarde comprobaron que era un nombre perfecto para aquel torbellino de energía.

Volvieron a la habitación, no sabían si se podían tener mascotas, así que optaron por esconderlo, por suerte Enid ya había pensado en eso, y había comprado una jaula enorme de al menos tres metros cuadrados, y una segunda planta dentro de la propia jaula, Miércoles quedó sorprendida de que existiesen jaulas taaan grandes, la jaula justo cabía en el trasfondo de su armario. No tenían intención de usarla mucho, solo cuando ellas no estaban cerca, por si alguien entraba en la habitación, o Storm intentaba salir a explorar.

Pasaron la siguiente hora mimando a su nuevo gatito y decorando su jaula con una caja, el bebedero, juguetes, el arenero... 

Y entonces Miércoles se levantó y sacó su regalo que estaba guardado en una gran caja de cartón. Enid lo abrió con curiosidad, allí había muchas cosas: chocolate, flores de todos los colores, peluches, libros, confeti... y al fondo de todas las cosas un gran vestido rosa muy pomposo que Enid había mirado en varias ocasiones cuando paseaban en el pueblo junto al escaparate, y que además se asemejaba al vestido negro que Miércoles llevó el año anterior para el baile ¡irían conjuntas al próximo baile de a escuela! era justo eso lo que ponía en la pequeña carta junto al vestido.

Ya estaba anocheciendo, cuando ambas bajaron a cenar, aún más felices que en el desayuno, había sido un día repleto regalos, amor y tantos besos que acabaron perdiendo la cuenta. ¡Ah! Y un gatito super mono.

Esa noche la cena tenía un flan con forma de corazón como regalo de parte de las cocineras por ser San Valentín, lo cual le dio un toque especial al día a todos aquellos que solo podían considerar el San Valentín como otro día de la semana.

Después de cenar, volvieron a la habitación y se pusieron el pijama.

Enid se acercó a Miércoles y le rodeó los hombros con sus brazos mientras ella estaba de espaldas, y le susurró al oído.

 - Quiero un último regalo de San Valentín.

Miércoles lo entendió a la primera, la empujó a su cama. Ambas se quitaron la camiseta y se comenzaron a besar, mientras Miércoles le pellizcaba los pechos con delicadeza.

Enid movió a su novia lo justo para que los pechos de Miércoles quedasen justo a la altura de su cabeza, de forma que Enid comenzó a chupar sus pechos succionando con cuidado cada tramo de su piel mientras Miércoles luchaba con sus brazos temblorosos por no ceder al placer y caer sobre ella.

Miércoles volvió a su posición anterior y con un brazo deslizó su mano bajo el pantalón de Enid, que sintió un escalofrío de sentir su piel fría explorando una zona tan desconocida.

La chica le metió dos dedos con quizás demasiada fuerza y Enid emitió un gritito que quedó entre el dolor y la satisfacción.

- ¿Te he hecho daño? -preguntó Miércoles asustada y a punto de retroceder.

- No pares, sigue por favor -replicó la otra chica con un hilo de voz.

Miércoles comenzó a hacer círculos cada vez más fuertes y rápidos, los gemidos de Enid también aumentaban a cada momento.

Cuando quisieron darse cuenta, ambas estaban completamente desnudas.

Miércoles paró al ver el rostro sudado y muy sonrojado de Enid. Y la otra chica aprovechó el momento para quedar a la altura de la barriga de su novia, y así comenzó a besarle la barriga, sabiendo ambas donde acabaría eso.

Le metió la lengua con cuidado de no hacerle daño, pues sabía que esta era la primera vez de ambas. Saboreó todo lo que pudo antes de comenzar a hacer movimientos arriba y abajo, dejando que su lengua explorara aquel lugar. 

Miércoles arqueó la espalda de placer, retorciéndose por dentro en aquella sensación de satisfacción absoluta, en la que salían sonidos agudos de su boca que no podía frenar.

Cuando ya no pudo más, comenzó a jalarle poco a poco el pelo a Miércoles, el cual estaba suelto pues todo aquello le había desecho las trenzas, y tiró de ella hasta que separó su lengua.

Y tras descansar unos momentos se pusieron en tijera y se dieron unos momentos más de placer antes de quedar dormidas en esa posición, pues estaban cansadas y sudorosas. 

Había sido un buen día de San Valentín.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2023 ⏰

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Wenclair Love, sin ti no soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora