Prólogo

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Lionel corría lo más rápido que podía, buscando la oportunidad de poder ayudar a uno de sus compañeros para anotar un gol.

Julián Álvarez tenía el balón, pero rápidamente fue arrebatado por un jugador de la selección mexicana.

Messi maldijo por lo bajo, pero no se rindió: persiguió a Lozano para que su equipo tuviera posesión del balón de nuevo.

Messi se asustó al ver como el mexicano se acercó peligrosamente a la portería de su país y pensó que iban a anotar un gol, pero en ese instante, algo sucedió.

Todo sucedió tan rápido que el delantero argentino no pudo procesar la situación: apenas pudo ver cómo Lozano pateó el balón con intenciones de hacer un pase a Kevin Álvares antes de recibir un fuerte golpe en su cabeza.

El argentino llevó una mano a la zona en donde había sido golpeado y cayó al suelo, adolorido.

Inmediatamente varios jugadores de los dos equipos se acercaron a él y se arrodillaron para estar más cerca y preguntarle si estaba bien. Le hablaron e incluso le gritaron para ver si seguís consciente, pero Messi estaba completamente desorientado.

-¡Messi! ¡No seas pelotudo y di algo! ¡Nos estas asustando!-El nombrado solo miró a su compañero con los ojos entre cerrados e intentó identificar quien era el hombre que le hablaba, pero no pudo.

-Lio, ¿podés reconocerme?-Preguntó Scaloni con evidente preocupación en su voz. Messi negó con la cabeza y ese gesto hizo que todos los argentinos entraran en pánico, pues el delantero estaba muy desorientado y el médico de su selección se enfermó un día antes de que comenzara el Mundial.-Chicos, necesitamos un...

En ese instante, un hombre alto, de cabello rizado y bastante atractivo empujó a muchos de los jugadores mientras decía "lo siento" para poder llegar rápidamente a Lionel.

-Soy Guillermo Ochoa, médico de la selección mexicana-Se presentó a Scaloni y algunos de los jugadores del equipo argentino lo miraron con curiosidad.

-¿Vos podés ayudar a Messi? Ese balonazo creo que fue demasiado para él.-Le dijo como si Ochoa fuera su última esperanza (y, de hecho, si la era).

-Haré todo lo que esté a mi alcance-Respondió con una sonrisa (que dejó a más de un jugador argentino flechado) y abrió su maletín para sacar un estetoscopio y vendas.

-Messi, mi nombre es Guillermo Ochoa, soy médico y te ayudaré-comenzó a examinar al argentino, tocando su cabeza con cuidado de no lastimarlo más.-Si toco aquí, ¿te duele?-Miró con atención el rostro del jugador número diez, intentando buscar algún rastro de incomodidad. Todos los ahí presentes también miraron con atención a los dos hombres y pensaron que Lionel no iba a reaccionar, si no había reaccionado con ellos y con Scaloni, ¿por qué reaccionaría con un mexicano que nunca había visto en su vida?

-Due...le...-Dijo Messi en un susurro que apenas pudo se escuchado por Guillermo, pero que sorprendió a todos. El número 10 no pudo reconocer ni hablarle a ninguno de ellos, pero si pudo hablarle a un completo extraño.

-En un rato intentaré que el dolor sea menos intenso, ¿de acuerdo? Pero ahora necesito que estés aquí y que hables conmigo-revisó la herida en su cabeza, la cual estaba sangrando un poco y agarró las vendas para ocultar la herida e intentar que la sangre no saliera más.-¿Puedes abrir tus ojos?

De nuevo, para sorpresa de los demás, Messi le hizo caso a Guillermo.

-¿Estoy...en el cielo?-Preguntó, con una pequeña sonrisa y mientras miraba perdidamente al médico-Porque estoy viendo...a un precioso Ángel-Ochoa abrió sus ojos debido a la sorpresa y de inmediato sus mejillas tomaron un color mas rojo, y no era por el calor del lugar. Lionel llevó su mano derecha la mejilla del mexicano y lo acarició con ternura.-Pero es raro...vos no tenés alas, ¿o eres otro tipo de angel aún más hermoso?

Todos miraron la escena igual que Guillermo: bastante sorprendidos.

-Estás en una cancha de fútbol, no en el cielo-Respondió Ochoa, intentando no sonar tan nervioso como realmente lo estaba.

-¿Cancha...de fútbol?-Miró a su alrededor, encontrándose con las miradas de Scaloni y sus compañeros-¿Por qué parece que acaban de ver a un fantasma caminar?

-Hablen, necesito que esté consciente al menos hasta llegar al hospital-Le dijo Memo a todos los jugadores. Uno por uno comenzaron a hablarle sobre todos los temas posibles mientras que el mexicano seguía vendando la herida.

Después de vendar la herida, Guillermo fue a buscar una camilla para llevarlo a la ambulancia y trasladarlo al hospital, pero el staff de la FIFA le comentó que no había camillas disponibles en ese partido. Sin embargo, Memo no perdió el tiempo: corrió de nuevo hacia donde estaba Messi, lo tomó entre sus brazos y lo alzó, teniendo extremo cuidado con la herida en su cabeza.

El argentino se aferró a él, como si no quisiera dejarlo ir.

-Lo llevaré al hospital, dos personas pueden acompañarme.

Enzo Fernández y Lionel Scaloni se acercaron al médico.

-Nosotros iremos.-Guillermo asintió y los tres caminaron por la cancha hasta llegar la salida e ir a la ambulancia.

En todo el camino, Ochoa se aseguró de que Messi estuviera cómodo y despierto, pero en el fondo aún seguía nervioso por haber sentido las manos del argentino en su cuerpo y por las palabras que había dicho.

HOLAAA hace rato tuve esta idea y al final decidí escribirlo 🥳

Voy a hacer lo posible para actualizar lo más pronto que pueda.

Espero que les guste <3

Amor a primer golpe|| Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora