Capítulo 33

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La selección Argentina comenzó a bajar del avión con Lionel a la delantera. El número 10 llevaba la Copa del mundo en sus manos y detrás de él iban Scaloni, Aimar, los demás jugadores, fotógrafos y, el más importante para Messi, el médico de la selección. Memo prefirió ser de los últimos en bajar porque no quería ser el centro de atención. 

Los jugadores no podrían ser más felices en ese momento. 

Mientras tenían el flash de los fotógrafos encima de ellos, los jugadores y el personal de la selección Argentina fueron llevados al bus en donde iban a pasar por algunas de las calles de su país para celebrar el triunfo. Miles de aficionados estaban en las calles, celebrando con banderas y muy animados, y eso también los emocionaba a todos. 

Cuando todos subieron al bus, Lionel buscó con la mirada a su futuro esposo y no lo encontró. La realidad era que Memo estaba con ellos, pero las otras personas apenas podían verlo, ya que siguió con su idea de estar de "bajo perfil" por el momento. Además, le encantaba ver a todo el equipo reunido y celebrando, disfrutaba de verlos de lejos. 

Algunos de los jugadores se quitaron la camisa, otros llevaban instrumentos, y los demás simplemente iban saltando, cantando y celebrando. Messi, quien llevaba la Copa, estaba sentado en la parte trasera del bus con Ángel Di María y Rodrigo De Paul. Comenzaron a cantar y bromear, aunque casi terminaron en un accidente por culpa del cable del tendido eléctrico. 

Uno de los jugadores se dio cuenta de que alguien había llevado unas cuantas cervezas y botellas de licor, que le iban a hacer una mala jugada a algunos jugadores.


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Mientras sucedían cosas curiosas en el bus de la selección Argentina, Javier, Cristiano, Saúl y Antonio estaban disfrutando de un día tranquilo en Italia. Estaban dando un paseo, y aunque a la pareja le encantaba la idea de agarrarse las manos al caminar, sabían que eso era imposible en ese momento debido a los otros turistas que estaban cerca de ellos, así que decidieron guardar distancia y darse alguna que otra mirada llena de complicidad. 

—¿Recuerdas la última vez que vinimos aquí, lindo?—preguntó el portugués mientras Javier y él veían a Saúl tomándole unas fotos "profesionales" a Antonio. 

—¿Cómo olvidarlo? Si aquí pasaron tantas...cosas.

Cristiano le mostró una sonrisa llena de amor y estuvo muy cerca de tomar la mano de su esposo para dejar un suave beso ahí, pero recordó que no podía. 

—Es lindo volver aquí—Habló Cristiano, olvidando el pensamiento de mostrarle al público cuánto amaba al mexicano—Deberíamos hacer otro viaje, ¿no crees? Podemos ir a donde quieras, precioso. 

—Me encantaría, pero creo que es mejor hacerlo después de la fiesta. No quiero seguir ocultando esto, Cris, y mucho menos a Memito. 

Ya se habían escondido mucho tiempo. 

—Lo sé, pero sólo hay que esperar a enero Javi, todo va a estar bien—Se dedicaron una sonrisa sincera y cálida y decidieron tomarse unas fotografías para su álbum de fotos. 

Saúl le estaba enseñando a su sobrino las fotos que le había tomado al lado de la Torre de Pisa, se veía muy tierno y aún más cuando sonreía, ya que esa hermosa sonrisa la había heredado de su padre. 

—¡Tienes tremendo estilo, Anto! Pero aún te falta tener una foto conmigo, eso es importante—El niño, lleno de felicidad, se lanzó hacia su tío y mostró su mejor sonrisa para el "selfie con el río Canelito".

El niño tomó el celular de su tío y miró la foto que se habían tomado. Le encantaba pasar tiempo con Saúl, de todos modos, siempre estaban juntos cuando Guillermo tenía que estar en el hospital o alguna emergencia, y por eso él le tenía tanto cariño al boxeador, sabía que nadie podría reemplazar a su querido tío. 

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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Amor a primer golpe|| Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora