Capítulo 31

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—Lio, ya hay que ir al avión—La voz del mexicano asustó al jugador, y rápidamente guardó su celular en el bolsillo de su pantalón. Memo lo miró con confusión, y Messi solo le sonrió. No podía dejar que su novio se diera cuenta de lo que estaba haciendo, todo tenía que ser una sorpresa.

Pero, ¿y si Guillermo también estaba planeando lo mismo?

No estaba tan avanzado como el argentino, apenas tenía una idea de lo que quería hacer. No le había dicho a nadie, ni siquiera a Canelo, quería pensar bien en sus ideas y luego iba a pedir ayuda a su mejor amigo y a los amigos de su futuro prometido.

Claramente no se esperaba que Messi ya tenía sus contactos y muchas ideas para eso. De igual manera, pensaba en pedirle ayuda a Scaloni y Aimar, que también estaban ayudando a Lionel.

Bueno, al parecer muchos tendrían que sacar sus dones para la actuación y lograr que ninguno se diera cuenta de lo que planeaba el otro.

Iba a ser divertido.

Aprovechando todo lo que había sucedido en los últimos días y el visto bueno de Memo para mostrar su relación al público, Messi decidió entrelazar su mano izquierda con la mano derecha de su novio. Guillermo sonrió al sentir la calidez de la mano de Lionel y dejó un tierno beso en ella, olvidando lo que sucedió segundos antes y recordando la primera vez que sus manos se unieron, que fue en el primer entrenamiento de Argentina con Memo presente. Desde ese momento ambos sintieron esa chispa entre los dos, esa conexión especial que los unía y, sin saberlo, no sólo unieron sus manos, sino que también unieron sus vidas, su amor, sus alegrías y tristezas, todo.

¿Quién diría que semanas después iban a estar ahí, apunto de viajar a Argentina juntos y con la Copa del Mundo?

Sin duda Messi ganó el premio mayor, que fue conocer a Ochoa.

Fueron de los primeros en entrar al avión, sin soltar sus manos. Atrás de ellos iban Emiliano, Leandro, Julián y Enzo, los demás seguían conversando y asegurándose de que llevaban todo para el viaje. Se sentaron en los primeros asientos, ya que Lionel sabía que a Memo no le gustaba sentarse en la última parte. Atrás de ellos se sentaron Scaloni y Aimar, al frente estaban Lautaro y Leandro, y los demás iban entrando con sus cosas y buscando sus asientos, sin dejar de lado el ambiente fiestero.

Iba a ser un viaje de más de 15 horas, debían prepararse, estar cómodos y descansar, aunque era muy probable que la mayoría no iban a hacer lo último. Aún les quedaba bastante energía, pocos ya estaban siendo consumidos por el cansancio, y Lionel era uno de ellos. Aún estaba lleno de emoción, pero un ligero dolor lo estaba incomodando y la noche anterior durmió bien, pero no fueron muchas horas, por lo que el cansancio le estaba afectando.

Aprovechó que Guillermo estaba a su lado y decidió que su almohada iba a ser el hombro derecho del médico. Apoyó su cabeza ahí, cerró sus ojos y sintió la mano de su novio en su cabello, acariciándolo con suavidad. Esa caricia relajó a Lionel y pocos minutos después, se durmió.

El ambiente se calmó un poco cerca de los asientos de los futuros esposos debido a que algunos jugadores habían imitado la acción de Messi, otros estaban conversando de manera tranquila y unos pocos estaban escuchando música o comunicándose con sus familias a través de mensajes de texto o llamadas.

Scaloni era de los que estaban dormidos, ya que prefería no estar despierto ni siquiera al inicio del viaje por su miedo a volar y a los aviones. Por suerte, él también tenía al amor de su vida a su lado agarrando su mano para darle apoyo emocional. Pablo, al asegurarse de que Lionel estaba dormido, decidió ver una película en la pequeña pantalla que estaba frente a él para entretenerse un rato.

Amor a primer golpe|| Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora