Al parecer el alcohol hacía de las suyas nuevamente, hace ya tiempo que se habían tocado; más no llegaban más lejos.
Ese día era diferente, Tweek miro a Christophe sintiendo vergüenza absoluto, un calor inundaba sus mejillas al igual que su cuerpo entero. Cubrió sus labios con la maga de su suéter evitando soltar algún gemido vergonzoso, aunque Christophe ya lo haya escuchando gemir por las veces en las que ambos se han tocado hasta satisfacerse, sin embargo, ahora era diferente. Chris no solo tenía intenciones de tocarlo hasta llegar al clímax, Chris estaba desesperado por entrar en Tweek, el tocarse ya no satisfacía sus frustrados deseos y ¿Quién era Tweek para detenerlo?
La lengua del francés se deslizó sobre el pezón izquierdo de Tweek, se encargo de succionarlo y morder suavemente el botón que ahora es rojizo.
— ¡Nhg! ¡Ah! — gimió el rubio tras sentir como su pezón fue estirado por los dientes del castaño y luego fue chupado como si de un bebé se tratara. — A-ah, Chris...
— Petite... — soltó el pezón ya rojizo y marcado de Tweek, se podía apreciar muy bien sus dientes sobre la piel del estadounidense.
Tweek repito agitado, su pecho subía y bajaba solo provocando una erección más dura en el pene del francés. Cuando Christophe quiso abrir las piernas del menor para preparar su tan rosada entrada el rubio lo detuvo.
— ¿No quieres...?
— Chris — interrumpió — es mi turno.
La mirada confusa de Christophe era muy notoria. Tweek se impulso para levantarse de la cama, los ojos verdes del moreno lo siguieron con deseo; Tweek se puso de pie frente a él captando la atención del francés hasta que lo entendió, se sentó en la orilla de la cama y no tardó mucho para que Tweek se inclinara frente al británico, tocó los músculos de Christophe y luego con sus juguetonas manos tocó la verga dura, gruesa y erecta del mayor.
Oh tal glorioso momento que estaba viviendo al lado de su Petite, miro con una sonrisa ladina al chico de piel blanca y rostro de ángel que lo masturbaba, tocaba su glande con las yemas de sus pulgares y el presemen comenzaba a escurrir.
— Amor... — llamó — no sé hacerlo aún, así que... Espero no decepcionarte.
— Lo haras bien.... — alentó.
Tweek suspiro para concentrarse, había visto unos cuantos vídeos porno que quizá lo ayudaran en esta situación; recordó perfectamente cuando la chica comenzó a hacerle al oral a su pareja y el como está persona lo disfrutaba así que soltó el pene del mayor para tomar sus pantalones. Por un momento Christophe pensó en qué el rubio quizá se arrepentiría de hacerlo y simplemente comenzaría a vestirse; grande fue su sorpresa cuando de sus bolsillos saco unos típicos dulces negros, "Halls", trago saliva pensando en si era verdad que era la primera vez de Tweek, nadie sabe esas cosas cuando experimentas el sexo por primera vez. No le molestaba en pensar que sería el segundo, tercero o cuarto, pero... ¿Por qué le mentiría diciendo que es su primera vez?.
Tweek se acercó a Christophe nuevamente. Saco una pastilla del envoltorio y luego la observo unos minutos sintiéndose avergonzado.— Vi esto en un vídeo... — de la pastilla transparente quitó la pequeña envoltura y ahora podía sostenerlo perfectamente — parece que esto vuelve loco a cualquiera...
Ahora entendía, Tweek se había estado preparando para ese momento y quería verse menos experimentado; se tomó la molestia de ver muchos videos eróticos para satisfacerlo, fue vergonzoso pero lindo por haber hecho eso. El castaño le sonrió, no evitó acercar su mano a la cabellera rubia de su novio, la revolvió un poco obteniendo un quejido pequeño departe de Tweek.