Ya ha pasado un mes desde esa noche tan loca en la que lloro en el pecho de un desconocido hasta quedarse dormido. Evitaba ir por su hijo al prescolar para no encontrarlo, a cambio mandaba a la niñera que cuido a su hijo toda la noche que no llegó a casa y para su suerte su esposo llegó por la tarde, por lo que no fue un problema entrar en la mañana y hacer el desayuno para la chica, para su hijo y para él pues le pidió que fuera a dejar a su pequeño y desde ese día se volvió rutina.
— Está noche tengo una reunión con futuros ejecutivos... Así que; mi amor, ponte hermoso.
— ¿Perdón?
— Vas a ir conmigo. ¿No está claro?
— Ya no sueles llevarme... ¿Por qué ahora?
Tucker se miró por última vez en el espejo, acomodó su corbata y un poco su cabello. Tweek lo veía desde su comida distancia sentado en el borde de su cama, cuando su esposo lo miró enseguida bajo la mirada; no sabe hace cuánto adquirió miedo... Solo una vez lo golpeó y desde entonces prefiere no levantarle la voz ni llevarle la contraria.
— Estuve pensando, no es agradable que mi esposa este todo el día encerrado en casa sin hacer ejercicio. — Tweek no es tonto, sabe que quiso comentarle sobre el sobrepeso — y entre los ejecutivos estará el dueño de "Les Miserables" si entabló una agradable amistad con ellos entonces te darán acceso gratuito a su gimnasio. ¿Que dices?
Aunque la propuesta fue buena... No le gustaba para nada como indirectamente le decía gordo, pero su enfado paso a largo plazo al darse cuenta que estaba hablando de Christophe, pero en la tarjeta habían dos números... ¿Y sí es solo el manager o gerente? La probabilidad de verlo era del 70%.
— Está bien... Craig.
— Perfecto, un taxi vendrá a recogerte, llama a Bebe para que cuide de Cyan.
— Seguro...
Realmente no quería ir, últimamente no se sentía bien de salud. Podría decir que padecía de cansancio y cuando tiene oportunidad duerme las horas que quiere hasta que su hijo lo despierta por hambre. Quiere pensar que es gracias a la depresión que siente por parte de su esposo quien ya ni regresa a dormir y le pone triste ver a su Cyan preguntar por él.
•••
Y bien, llegó la hora acordada, Tweek paso horas en el espejo escogiendo unas prendas elegantes y presentables, detrás de él su hijo lo veía con curiosidad y lo halagaba, Tweek agradecía pero necesitaba una mejor aprobación. Cuando Bebe llegó también lo lleno de halagos, ella es una profesional en la moda y si ella lo decía significa que no mentía.
El taxi llegó, se aseguró de llevar su celular en el bolsillo y pasaje para por si Craig se porta grosero y decide ir con su amante dejándolo a él sin ningún medio para volver a casa, estaba lo suficiente acostumbrado a su indiferencia que no le sorprendería que lo dejara solo en la fiesta. Tras llegar miró curioso el lugar, en la entrada le pidieron su nombre y luego por fin lo dejaron pasar, se quedó asombrado por el lugar donde habían decidido hacer la fiesta y se sintió frustrado por los problemas que tendría para buscar a su esposo, sería fácil si le llamara o enviara mensaje pero tenía miedo de que incluso eso le moleste así que solo se refugio en la esquina de la entrada de un balcón, allí estaba bien... De lejos podía buscar a su esposo y cuando lo encuentre se acercaría, es un excelente plan ¿Cierto? Un mozo le ofreció una copa de vino que no dudo en aceptar. Recién había llegado y ya quería irse...
— Bonsoir... — Susurraron en su oído. Casi escupe la el vino que había en su boca.
El hombre le extendió una servilleta para que limpiará sus labios el resto de vino que sí logro salir. Su corazonada le había dicho que ahí lo encontraría pero se engañó convenciendose de que eso nunca pasaría. Sin embargo, allí estaba... Limpiando sus labios por él, pues por el shock no pudo recibir la servilleta y hacerlo por si mismo.
