No Soy Mi Hermana

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—Ayato báñate conmigo...

Aquellas simples palabras fueron suficientes para que Ayato se pusiera nervioso, ¿bañarse con el? No, no podría, sus instintos no eran para nada inocentes y más si su querido Thoma estaba ebrio no se aprovecharía de él.

El estaba parado, con sus cabellos rubios desordenados, con la mirada impaciente y un poco penetrante se podría decir. Ayato sólo suspiro y negó con la cabeza, retrocedió y decidió darse la vuelta para salir por la puerta por donde había entrado.

Pero una mano detuvo la puerta para que no la pudiera abrir, cuando Ayato se dio la vuelta para intentar pedirle una explicación a su acompañante solo pudo ser acorralado y que los labios ajenos comenzarán a besarlo ferozmente.

Su mente estaba en blanco, no se podía mover, le temblaban las piernas, ¿pero qué? Se preguntaba, el era mucho más fuerte que Thoma en todos los aspectos, ¿pero como en ese momento el rubio tenía control sobre el?

Tenía los ojos muy cerrados, no quería mirarlo, porque si lo hacía sabía que cedería y no quería eso, no cuando Thoma no estaba cuerdo en ese momento.

—Ayato, mírame —Dijo Thoma mientras se separaba de los labios de Ayato por la falta de aire.

—N-no Thoma... Esto no es correcto, soy tu jefe, y tu eres mi amo de llaves —Ayato giro su cabeza hacia otro lado para no mirar esos ojos verdosos.

—No me importa, quiero estar contigo.

—No sabes lo que dices, yo no soy Ayaka...

—¿Ayaka? Pero que... Ayato a caso tú...

Unas lágrimas bajaron por las mejillas pálidas de Ayato, tenía la mirada baja, sus labios temblaban, ¿tenía miedo? Por supuesto que si, lo último que quería era que Thoma se enterara de su sentimientos hacia el para no arruinar su amistad, hermandad o lo que eran, la verdad ni el ya no lo sabia.

Mientras tanto Thoma había recuperado un poco de su conocimiento y estaba impactado al ver a Ayato entre sus brazos, ¡¿llorando?! No recordaba bien que había sucedido pero no podía ver al mayor de esa manera.

—A-ayato yo... ¡¿Estas bien?!

—No es nada, ve a ducharte y a dormir, tal vez así de esa manera puedas poner en orden tus pensamientos, para que no vuelvas a confundirme con Ayaka.

Y así como las palabras salieron de la boca de Ayato, el también salió de la habitación dejando a un Thoma confundido y sin saber qué hacer.

¿Que rayos había hecho?

Y tal como se lo había dicho Ayato decidió darse una ducha y acostarse en su cama, miraba el cielo estrellado por su ventana, fue entonces como todo los recuerdos llegaron a su mente como una estrella fugaz.

Se levantó de la cama y se sentó en la punta de esta, ¡¿había besado a Ayato?! No solo eso... ¡También lo había tocado y le había pedido que se bañaran juntos!

El rostro de Thoma se había vuelto rojo como un tomate, no podía creer lo que había hecho, coloco una de sus manos en su frente para intentar calmarse y pensar mejor.

Entonces recordó que Ayato estaba llorando, no solo eso, también le había dicho algo muy raro, "para que no vuelvas a confundirme con Ayaka". A caso... ¿Ayato ya sabía de los sentimientos que tenía por su hermana? No, no puede ser. ¿Es por eso que estaba llorando... ?

Thoma solo quería morir.

[...]

Al día siguiente Thoma estaba caminando por los pasillos de la residencia, ese día hablaría con Ayato sobre lo sucedido en la noche anterior, tenía que aclarar sus dudas.

Cuando iba a darse la vuelta por uno de los pasillos choco con una figura femenina, era Ayaka, estaba con una mirada preocupada y nerviosa...

—¡Thoma al fin te encuentro! ¡¡Necesito tu ayuda pero ya!! —Dijo la joven agitada, al parecer estaba corriendo.

—¿Señorita Ayaka sucede algo malo?

—¡Ayato no despierta!

—¿Qué...?

-¡Ayato no despierta desde ayer Thoma, por favor ayúdame, no se que hacer!- Gritó  desesperada la menor mientras lagrimas amenazaban por salir de sus ojos.

Thoma no perdió el tiempo y corrió hacia la habitación del mayor, su corazón extrañamente latía muy rápido, y sus instintos le decían que algo no estaba bien.

Al llegar, abrió las puertas y pudo ver a su amo acostado en la cama, no dudo y se acercó a él para ver su estado, primero lo llamó por su nombre pero no respondía, entonces comprobó su temperatura y estaba realmente helado, como si su cuerpo estuviera vacío, sin vida. Ese pensamiento solo hizo preocupar más a Thoma, entonces rápidamente decidió tomar su pulso para eliminar esos pensamientos, y si, por suerte su pulso estaba normal, no muy acelerado ni muy lento.

Entonces lo examinó mejor, Ayato no despertaba, su color de piel estaba bien y su pulso también, lo único raro que tenía era su temperatura anormal, y el hecho de que no despertaba.

Lo cobijo bien y luego salió de la habitación para encontrarse con un rostro preocupado de Ayaka, el le explicó los síntomas del mayor a si hermana y ella cada vez tenía la cara más confundida.

-Señorita Ayaka, realmente no se que tiene el amo, pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados, necesitamos que alguien con experiencia lo examine cuanto antes.

-Si, eso haremos Thoma, al menos ahora estoy mejor al saber que su corazón late normal, pero su temperatura no está normal, y eso es algo que confunde...

-Tampoco puedo explicar eso, pero ¿con quien podemos acudir señorita? El amo me preocupa y mientras cuanto antes lo atiendan mejor...

-Ya pedí que varios enfermeros vinieran a examinarlo mientras estabas adentro, en minutos llegarán, espero y encuentren la solución de esto.

Thoma suspiró pero aún así algo en el le decía que esto no era algo que unos simples enfermeros podrían curar, y entonces comenzó su angustia.

[...]

-¿Sucede algo Ayaka? -Pregunto Aether mientras que la menor estaba en sus brazos temblando.









































Perdón porque el capitulo sea corto, es que ando de viaje y tengo menos tiempo para escribir :'(

De todas formas espero que les haya gustado💗

Confusión [Thoma x Ayato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora