下丹れ匚ㄚ -Male! Reader X Genshin Impact-

Kazuha

ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ: ᴄᴏɴsᴜᴍᴏ ᴅᴇ ᴀʟᴄᴏʜᴏʟ.

ᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ (ʙᴏᴛᴛᴏᴍ)
ᴋᴀᴢᴜʜᴀ (ᴛᴏᴘ)

(ᴀᴍʙɪᴇɴᴛᴀᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ ᴊᴜᴇɢᴏ)

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Otro día más sobreviviendo en la Flota Crux Meridianam, recorriendo el mundo a través de los inmensos caminos del océano con la libertad de ser un alma con voluntad propia.

Colocaste tus brazos sobre el barandal del barco para luego apoyar todo tu peso sobre este y poder contemplar la hermosa vista. Era tanta la relajación, que no pudiste evitar soltar una pequeña sonrisa mientras el aire arropaba tu cuerpo en una suave caricia.

Lamentablemente, no todo en la vida es como uno quiere...

-Tan temprano y ya estas mostrandole al mundo tu fea sonrisa, ja! -en un segundo, tu cara pasó a estar completamente irritada- Así está mejor, como un perrito rabioso.

Como odiabas a ese fastidioso poeta de pacotilla, no hacía más que joderte la vida con sus estupideces.

-Kazuha, Kazuha, Kazuha~ -repetiste su nombre con una sonrisa falsa tratando de aguantar las ganas de armar otra de sus ya comunes peleas- ¿No tienes algo más interesante que hacer con tu asquerosa vida?

-¡Oh sí! Tal vez vaya orita a ser alguien en la vida y no un simple "niñito de papi" que busca tener privacidad, que se aprovecha de la humildad de los demás para cumplir todos sus caprichos. -Bien, eso había dolido un poco...pero no se lo ibas a dejar saber.

Recompusiste tu rostro antes de que pudiera asomarce una expresión dolida.

En parte era verdad lo que Kazuha decía, habías huido de casa en busca de privacidad, pero no era solo eso. Tu padre era un hombre muy estricto y escéptico a todo, jamás te apoyó y ni siquiera compartía tus mismos ideales, para él eras solo un niño ignorante y poco intelectual. Cada día era un martirio constante, tu progenitor no hacía más que reprocharte y tratarte como una mierda, eran normales las discusiones entre ambos. Al ser una figura importante dentro del mercado general de Liyue, tu padre esperaba que siguieras sus pasos como empresario de ventas en el puerto de la ciudad; pero nunca aceptarías vivir de esa manera, una vida monótona y devota al dinero, eso ni de cerca era lo que buscabas. Es por eso que te habías cansado de vivir así y decidiste embarcarte en una aventura junto a tu amiga, quien era la capitana del barco. Nunca habías sentido tanta satisfacción como la que experimentabas cada día al estar lejos de casa, si es que se le puede llamar así a aquel infierno.

-¡Bien! Espero que con suerte puedas lograr hacer algo más que recitar pura porquería tapada con palabras bonitas -culminaste con una fuerte mirada, obviamente lo habías ofendido haciendo que no pudiera contestar más.

Se desató una guerra de miradas y ninguno quería dar el brazo a torcer, ambos eran igual de tercos e infantiles cuando se trataba de discutir.

-No sabes cuanto te detesto, enano de mierda -declaró el samurái.

-Ah, bueno saber que nuestros sentimientos son mutuos -respondiste mientras ambos se acercaban lentamente buscando intimidar al otro.

-¡Chicos! -se escuchó gritar a la capitana desde el timón- Ya dejen de andar con tonterías y declaraciones de
amor, ¡los necesito trabajando ya!

Ambos se exaltaron ante dicha observación y se sonrojaron debido a la pena; por lo que para escapar de la vergüenza se fueron cada uno por su lado no sin antes dirigirse una última mirada.