𝙾𝚗𝚎-𝚂𝚑𝚘𝚝'𝚜 (𝙼𝚊𝚕𝚎 𝚁𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛)
Situaciones con personajes masculinos de Genshin Impact en las que tú serás el protagonista.
/Prohibida la copia o adaptación/
*NO SE ACEPTAN PEDIDOS*
(NUEVA CUENTA)
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El reino celeste, el lugar más hermoso y mágico que deleitaba el alma de aquellos que carecían de pecados y llegaban al final de sus vidas completamente libres de impureza. Las nubes bailaban con el soplar del viento, deslizándose suavemente por las alturas celestiales bajo la guía de Odei, el dios de las nubes, y conocido por sus allegados como _____. El dios Odei era venerado por su sabiduría y bondad, conocido por brindarles guía a aquellos que se descarrilaban en los suburbios caminos del destino, brindando paz en los corazones de quienes creían, y trayendo prosperidad a los reinos que le servían. Un dios dulce y piadoso, querido tanto por sus servidores como hasta por los demás dioses. Sus hermosos cabellos color _____ caían como cascadas por sus hombros, moviéndose con gracia cuando el viento se paseaba con cariño por su delicado cuerpo. Ese hombre, quien con ojos de un hermoso ____, llenos de amor y ternura por los mortales, cautivaban hasta el alma más fría.
Por otro lado, bajo el tenue manto del reino celestial que iluminaba con su belleza a todo ser que habitara en la tierra, existía bajo el mundo terrenal el inframundo. Gobernado con mano dura y justa por el dios Ombra, también conocido por los demás dioses como Cyno, y apodado por las almas que caían bajo su mano justiciera como el "Gran Juez". Sus ojos, de un hermoso y vibrante color carmesí, monitoreaban constantemente las profundidades del inframundo, haciendo pagar a aquellos que llevaron una vida cumpliendo sus deseos carnales y llena de injusticia por sus partes. Junto con una reputación temible y una mirada que fácilmente podría convertirse en mil dagas, aquel poderoso hombre se levantaba entre las oscuridades del abismo infernal, tomando el control de aquellas almas olvidadas.
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— ¡Mamá! ¡Mamá! —un pequeño de cabellos naranjas similares a un bello atardecer se acercó a su madre, quien tendía la ropa que recién había lavado.
Su madre buscó con la mirada a su hijo y al encontrarlo enrollando una de sus piernas con ambos bracitos sonrió con ternura.
— ¿Qué pasó, Ajax? —preguntó, con aquel arrullador tono maternal mientras acariciaba una de las pecosas mejillas de su hijo.
