Había llegado un poco tarde, pero aún estaba,
No podía moverse,
No podía verme, ni hablar,
Tampoco tenía la certeza de que me escuchara,
Pero ahí estaba.
Su pesada respiración era la evidencia de que aún esperaba,
Consumido en una cama,
Lograba escuchar los latidos de su perseverante corazón.
Miré un poco hacia su alrededor,
Había tantas cosas inconclusas,
Un libro sagrado con un listón dorado que señalaba su última lectura,
Una libreta pequeña con viejos apuntes,
Un jarrón de flores casi marchitas y
Un lienzo con algunos trazos frescos.
Ocurrió todo muy rápido.
Yo recuerdo, y no pretendo justificarme,
Que todo iba bien, era imposible imaginar que todo,
Pronto iba a acabar.
Tomé su cálida mano y por el gesto en su rostro supe que me reconoció,
¡Sí, soy yo! Rendido a la orilla de tu cama,
Pidiendo perdón, hablando promesas,
Queriendo detener el tiempo,
Reteniéndote para que no puedas marcharte.Ojalá pudiera volver los años atrás,
Detener el tiempo, volver a amar.
Ojalá pudiera escucharte una vez más,
Abrazarte una vez más,
Caminar tomado de tu mano una vez más,
Ojalá pudiera, pero es tarde,
No hay forma de parar,
El tiempo nos consume.
ESTÁS LEYENDO
La última noche de Van Gogh
PuisiDe cuando escribí para poder sobrellevar la pérdida de mi adorada. Entre recuerdos, melancolía y tristeza, he logrado entender un poco su ausencia.