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𝔸𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒: 𝕖𝕤𝕥𝕖 𝕔𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕔𝕠𝕟𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕖𝕤𝕔𝕖𝕟𝕒𝕤 𝕗𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖𝕤, 𝕤𝕚 𝕖𝕣𝕖𝕤 𝕤𝕖𝕟𝕤𝕚𝕓𝕝𝕖 𝕒 𝕖𝕤𝕥𝕖 𝕥𝕚𝕡𝕠 𝕕𝕖 𝕔𝕠𝕤𝕒𝕤 𝕡𝕠𝕣𝕗𝕒𝕧𝕠𝕣 𝕟𝕠 𝕝𝕖𝕒𝕤, 𝕕𝕖 𝕝𝕠 𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕒𝕣𝕚𝕠 𝕟𝕠 𝕤𝕖𝕣𝕒 𝕞𝕚 𝕣𝕖𝕤𝕡𝕠𝕟𝕤𝕒𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕪𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕪𝕠 𝕪𝕒 𝕒𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕚.

El golpe resonó en la habitación, otra cachetada, ¿No se cansaba de golpearme?, en verdad dolía mucho, pero aun así no demostraba ninguna mueca de dolor, ni siquiera lloraba, si lo hacia, seria aun peor, a "mi padre", no le gusta la gente débil y llorona.

¿La razón del por que me esta golpeando ahora?, ni idea, desaparece por días, y al volver, lo primero que llega a hacer es golpearme, creo que es algo rutinario.

─Eres una maldita, ¿Cómo jodidos sigues viva?, algún día te matare.─ dicho eso me escupe en la cara, asco es lo único que siento, no digo nada y el se retira de mi habitación. 

La ganas de llorar me invaden, no se en que momento todo se salió de control, hace solamente unos años, éramos una familia completamente sana y feliz, mi padre, mi madre, mi hermano y yo, claro, ahora solo éramos el y yo, lamentándome la vida, me levante con cuidado del suelo, mareándome leve en el acto, me limpio el rastro de saliva que dejo con un paño, algún día esto pararía, o solo eso quería creer.

Era profesora en una escuela, enseñaba lenguaje y artes, la realidad de las cosas, es que amo mi trabajo, y amo enseñar, no muchos dirían eso, ya que le doy clases a adolescentes de 16 a 17 años, no muy común, pero al menos no tengo que tratarlos como niños.

Me miro en el pequeño espejo, hago una mueca al ver mis dos mejillas en un tono rojizo, llegando a ser morado, mañana estará peor, pensé, quería llorar y mucho, pero no podía, me arderían las mejillas, y seria peor el dolor.

¿Qué pensaría mama si viera esto?

Seguramente lloraría al verme, ella era muy sensible, quizás por eso padre no le gusta ver llorar a alguien, debe estar traumado.

La noche caía, mañana trabajaba, y mi horario para dormir era limitado ,por lo que no me cambie de ropa, me acosté con cuidado en la cama, y caí rendida en un solo segundo a Morfeo.

Mañana sera mejor.

. . . . . . . . .

Había llegado temprano a la escuela, los pasillos se veían vacíos, hoy era el primer día despues de vacaciones, era un día tranquilo.

Mi cara estaba repleta de maquillaje, tenia razón al decir que los golpes amanecerían peor, parecía una mora, trate de cubrir lo que mas pude mis moretones, con cuidado para no lastimarme mas, al final si había dado resultado, no se notaba nada.

Suspire, entrando al salón, me sorprendí al encontrar a mis alumnos en el salón, quizás yo había llegado tarde o ellos muy temprano, ni idea, pero ahora mismo tenia que hacer algo al ver lo desordenado que tenían el salón.

Carraspee mi garganta, pero ninguno me escucho, rodé los ojos y azote la pizarra con un libro, el ruido fuerte hizo que todo los alumnos me miraban alarmados, para rápidamente dirigirse a sus asientos.

─Veo que se divierten mucho el día de hoy, si yo fuera ustedes, estaría mas preocupada de que pronto pasaran a tercero.─ puse mis manos en el mesón y los mire seriamente a todos, ninguno emitía palabra, creo que de verdad los asuste.

𝔻𝕒𝕟𝕔𝕚𝕟𝕘 𝕗𝕠𝕣 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕝𝕠𝕧𝕖/el sonido de la magia (En Proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora