𝗌𝗂 𝖾𝗅 𝑓𝑖𝑛 𝖽𝖾𝗅 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜
𝖾𝗌𝗍𝗎𝗏𝗂𝖾𝗋𝖺 𝖼𝖾𝗋𝖼𝖺
𝖽𝗈𝗇𝖽𝖾 𝑒𝑙𝑒𝑔𝑖𝑟𝑖𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟
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El mundo se ha visto envuelto por un periodo azul del cuál nadie a podido escapar.
Es la sexta vez en la...
“A decir verdad… las cosas han costado un poco, quizá más que solo conseguir la foto perfecta en una golden hour”
Desde hace un tiempo las personas hemos tenido una cierta concienciación colectiva sobre el sentir. Porque somos humanos, personas de carne hueso y nuestro cerebro pura química, la cual no siempre es tan estable como quisiéramos.
Creímos por un momento que tenemos idea de cómo nos sentimos, que la empatía es parte de todos y no tardaremos en solo mejorar, pues la comprensión se posicionó como un nuevo pilar humano, le dimos la importancia que merece a nuestro cerebro más alla de solo lo analitico, quisimos desmenuzar motivaciones y razones, las cuales mueven el funcionamiento humano; fue tanta la emotividad y compromiso que nos condujo al éxito.
Solo por un año.
A medida que nos hemos recuperado en lo “interesante”, en lo tangible, dejamos atrás cada uno de esos propósitos y volvimos a ser nosotros, otra vez fuimos humanos. Incluso podríamos pensar que somos peores.
El mundo se tiñó de azul, no uno homogéneo, sino que cada parcela fue apropiándose de una tonalidad diferente, alguna que resuene y de forma inconsciente. En algunos, azul cobalto claro u oscuro, índigo, Munsell, de Prusia y muchos más; pocos eléctricos o imperiales. Solo oscuros o tan claros que transmiten una única emoción.
Estamos deconstruidos y el azul dejó de ser asociado a depresión, angustia, tristeza y melancolía; pero aun así, el mundo se ha teñido de azul.
No más rápido de lo que esperábamos, sino que ahora sí podemos verlo, pues tuvimos a Van Gogh, Picasso y a Wos, pues nunca nos abandonó realmente, sino que éramos daltónicos adrede.
En una parcela de la ciudad neoyorquina, el periodo azul abundaba de una forma preocupante, más que nada en el piso de un edificio poco sencillo.
Piso ocho, apartamento 222, donde las emociones cobran desde hace un tiempo el control por completo y mantienen un rehén, el cual, ha dejado de pelear y se dejó envolver. Tan fuerte es lo sucedido ahí dentro, que nadie más pasa de la puerta con las tres cifras en dorado de un número par. Él puede salir, solo que elige no hacerlo. Su departamento es cómodo, tan cómodo que no quiso abandonarlo en aproximadamente nueve meses.
¿Salió? si, lo hizo, a las cuatro de la mañana cuando las caras conocidas no tenían probabilidad de encontrarlo y las tiendas 24hs seguían abiertas, también vacías. No habia necesidad de visitar un supermercado, pues era un rehen, nadie se preocupa porque en su interior los alimentos tengan frescura; se preocupa en que exista, por supuesto, para no aliviar la tortura infinita.
La tortura es infinita, la persona meramente efimera.
Porque está vivo, con el corazón más sano visto jamás, de sus pulmones no estamos tan seguros, pero tampoco están arruinados; pero dentro…
Adentro no hay sentimientos que le den una cierta familiaridad.
James no tiene certeza de que se halle con vida.
Muertos. Estamos muertos por lo pronto Estando vivos hemos muerto. Porque en lo roto y en lo quieto. Acecha el muerto.
Meuelen-
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Pequeña advertencia: se hará mención de temas sensibles, si bien está narrado en tercera persona, lo que se escribe es en base de los pensamientos de los personajes.
