𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃 ☹︎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐖☹︎𝐑𝐋𝐃 | 𝖩𝖺𝗂𝖽𝖾𝗇

𝐎1-8𝐎𝐎

Tiempo.

Todos nos tomamos un tiempo de los demás, cerramos etapas o escapamos de ellas, quizás en algún momento surja un reencuentro.

Lugares cotidianos que se vuelven cruciales. Días que se repiten a nivel ambiente, pero en los cuáles, los acontecimientos jamás son iguales.

Éste fue el día elegido, algo nublado y con posibles lloviznas, cielo que se repetiría, solo que jamas con lo que va a suceder, ni con la misma intensidad o incertidumbre. Esta última quizá si, se sienta, con un diferente motivo de conversación.

La locación elegida fue casual, un bar cualquiera donde nadie entraría durante la tarde o poca gente lo haría, nunca dejarán de existir los ebrios diurnos y nocturnos eso es cierto, pero no representan un problema para quienes necesiten un lugar silencioso y privado.

En este caso, un pequeño grupo de amigos se reunió en una mesa del fondo, cerca de una esquina para tener cierta privacidad. Se supone que algo serio pasaba, así que ninguno se opuso en asistir, tampoco tenían una excusa para hacerlo , pues el pasaje de quienes se encontraban lejos fue pagado, al igual que una pequeña estadía en un hotel lejos de las cinco estrellas.
Por lo tanto, cuatro ex campistas y la presentadora de un programa se vieron en ese local, aguardando por uno que todavía no llegaba y se supone, tendría que ser el más interesado y puntual.

Lake revisaba su celular, recargando la aplicación de mensajes para asegurarse que no era su internet la causa de no saber nada sobre Aiden, ni donde se encontraba o si minimo estaba cerca; temprano le pregunto si es que iría y solo obtuvo un visto como respuesta. Aquello le resultaba preocupante a la alemana, si bien (a excepción de ella) el resto no tenía idea de porque se reúnen, Kristal hizo saber que era de suma importancia y por eso, era mejor hablarlo en persona.

Hunter, Lake, Rosa Maria, Tess y Kristal.

La mesa se adornaba con un gran silencio, al igual que miradas confundidas y algo incómodas, solo fue cuestión de tiempo para que Hunter deje el sigilo que los envolvió en un sitio donde ni siquiera la música resaltaba u ocupaba una gran presencia.

A diferencia de los grupos compuestos por ebrios, ellos daban aspecto de funeral.

──Entonces… ¿Qué necesitas, Kristal? No es normal que tu muestres interés en nosotros más allá de dinero publicitario. ──Pregunto algo inquieto, tanto misterio le daba un mal presagio. ──Es decir, el programa acabó hace bastante tiempo.

──Si, llevamos un buen rato sentados aquí y no has dicho ni una palabra ──Rosa estuvo de acuerdo con la especulación, pues dejó a su hija con una niñera y no quería haberlo hecho en vano ──dijiste que se trataba sobre uno de nosotros, pero quienes estamos aquí, parecemos confundidos, todos lo estamos.

La conductora asintió tomando en cuenta lo que decían ambos, dirigió su mirada a la rubia y esta solo levanto sus hombros negando, haciéndole saber que no tenía señales del chico de cabello bicolor. Con eso, Kristal solo pudo suspirar con pesadez, queriendo golpearlo por no escuchar a Lake o por demostrar cierta inmadurez a su parecer. Aclaró su garganta y entrelazó ambas manos, buscando las palabras ideales para explicar la situación, no era nada fácil exponer la información que tenía, mucho menos cuando no tienen una relación muy cercana con el “problema”.

──Lo que sucede es… ──Intentó iniciar, siendo seria, pero se vio interrumpida.

──Lamento llegar tarde.

El chico de ojos cian se hizo presente, con una evidente mala cara, llena de seriedad y disconformidad.

No saludo a nadie, solo tomó asiento en una silla vacía al lado de Lake y se cruzó de brazos, dejando su rostro ligeramente escondido en el cuello de la campera que llevaba puesta. Una más grande que su talla, la cual no generó ninguna impresión extra, pues éste solía demostrar cierta afinidad con las prendas un tanto holgadas, parte de la estética visual que solía utilizar, lo más seguro es que no ha perdido su esencia.