-Fue mi culpa -recorde lo que hice para alejarlo-
-Si tan solo le dijeras la verdad -mencionó mi mejor amiga-
-Solo acompañame, quiero tener a alguien a mi lado para tener las fuerzas que necesito.
[...]
¿En serio ya le diste los papeles de divorcio? -pregunto emocionada la rubia-
-Si -dijo el pelinegro-
-Es la mejor noticia que podias haberme dado Aless, esto deberiamos celebrarlo -abrazo al pelinegro sin notar lo dolido que el se veia-
Como podia festejar algo asi cuando amó a Ivelle desde que tenia veinte años. Estaba dejando ir un amor al que le dedico su tiempo, sus ilusiones, sus sueños, sus anhelos. Si tan solo no se hubieran casado, tal vez todo seguiria siendo lo mismo entre los dos. Algo cambio con el matrimonio y por mas que quiso recuperarlo, no se pudo.
-No puedo esperar mas, Aless -sento en su regazo- te he deseado desde siempre solo para mi -sonrio y enredo sus brazos en su cuello besandolo-
Alessandro quiso cambiar ese dolor por algo de alivio y solo se dejo llevar por los besos que su amante le otorgaba. Llevaba muchos meses sin ninguna muestra de afecto, es por ello que no quiso pensar en si debia detenerse.
-Señor lo busc... -enmudecio su secretaria al verlos en una situacion bastante comprometedora- Lo siento, debi tocar antes -reverencio hacia Ivelle, quien los veia a ambos impactados-
-Sabia que no teniamos que venir -mencionó su mejor amiga y fulmino con la mirada Alessandro y luego a Jade, mientras ellos se separaban nerviosos y temerosos-
-Ya veo la prisa en darme estos papeles -dijo con los ojos humedos, sin poder evitarlo- ¿Estabas tan desesperado por divorciarte de mi para casarte con mi amiga, Alessandro?
-Ivelle.. -musito el pelinegro, tambien con los ojos cristalizandose- lo siento, ella... Lo siento.
-Entiendo, perdona por interrumpirlos -se acerco a ellos y le dio una cachetada a Jade-
-¡Eso dolio! -masajeo su mejilla sorprendida-
-Vete Jade, hablaremos despues. -ordeno-
La rubia salio molesta, porque no queria que Alessandro se enojara con ella, habia hecho mucho, para que ahora llegara a perderlo.
-No debiste golpearla, ella no tiene la culpa de que nuestro matrimonio se quebrara ¡SOLO ES TU MALDITA CULPA! -dijo y la castaña no pudo aguantarlo mas dandole tambien una fuerte bofetada- ¿Te duele que te diga la verdad? tu mataste nuestro amor, ahora solo te desprecio, siento asco por ti, Ivelle -dijo molesto por el repentino golpe, sin poder medir sus palabras hirientes-