3. Los Elfos

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Una receta de poción cuidadosamente guardada y regulada es puesta en manos de un estudiante. ¿Cuál es la respuesta a esta acción, y cómo reaccionarán los elfos de Hogwarts?

Los Elfos

Severus metió los viales de la poción de fertilidad élfica etiquetados con sus propios símbolos crípticos en el estante superior del pequeño almacén que utilizaba para su propio laboratorio de pociones. Se suponía que Bell y Rung debían pasarse esa noche para recoger un vial. Estaba considerando ofrecer los demás viales a los elfos domésticos que ayudaban a limpiar sus más espectaculares fracasos en esta sala. Un fracaso espectacular fue como los elfos habían comenzado a ayudar por primera vez en su laboratorio.

Tanto Coriander como Fennel eran elfos de las cocinas, pero lo habían encontrado hace cuatro años desplomado en un lío de pedazos de caldero y engrudo. El engrudo pegajoso cubría el techo, las paredes y el suelo. Severus todavía no estaba seguro de por qué estaban allí abajo en primer lugar, pero le habían revivido. Había costado cinco minutos convencerles de no ir a buscar a Slughorn o Pomfrey. Fennel había limpiado el desastre mientras Coriander lo había sometido a cada chequeo de salud que se le ocurrió. Había sanado cortes y quemaduras menores mientras limpiaba la poción de encima de él.

Después de esa noche, uno de los dos se pasaría por su laboratorio. Eventualmente habían traído a otros consigo, Bell y Rung habían sido dos de los otros. Ahora había quince elfos que se pasaban periódicamente mientras elaboraba. Provenían de todo el colegio, y llegaban con regalos.

Los elfos de los invernaderos le traían esquejes de plantas que sobraban de las clases, y los que ayudaban a Hagrid con el cuidado de los terrenos le traían diferentes partes de animales y plantas. Ninguno de los ingredientes era de primera calidad, pero había aprendido hace mucho a trabajar sin importar ese factor. También le entregaban comidas si perdía una o dos, especialmente durante las vacaciones. Severus todavía estaba intentando averiguar cómo nadie salvo los elfos domésticos sabía lo que estaba haciendo. Nadie, ni el Director, Slughorn, o cualquier jefe de casa había entrado jamás en su laboratorio.

Cogiendo una botella grande del estante inferior, Severus se dirigió hacia la cocina. Le daría a Tift el aditivo del jabón de lavandería que ella quería mientras cogía un tentempié. Si iba él a la cocina a cogerlo, podría controlar la cantidad de comida con la que acabara. Se ocultó en una pequeña aula cuando localizó a Black cruzando el pasillo en la intersección por delante.

"Maestro Snape."

Severus repasó las voces de todos los elfos que conocía y se percató de que éste era nuevo. Girándose, bajó la mirada a la pequeña criatura de ojos castaños. "Buenas tardes."

El rostro del elfo se iluminó y sus orejas también se irguieron. "Maestro Snape, Rung lamenta que Bell no pudiera venir con Rung."

Severus parpadeó mientras las orejas del elfo volvían a hundirse. Fijándose atentamente en la criatura, intentó decidir si éste era Rung sintiéndose mal. Pero a pesar de que había un parecido superficial, los ojos castaños y la forma de las orejas, simplemente no era Rung. La mirada más atenta también le hizo preguntarse si el elfo era un elfo de Hogwarts. Su atuendo era demasiado andrajoso. '¿Qué está pasando aquí?'

Severus decidió seguirle la corriente para ver de qué podía enterarse. Asintiendo levemente, frunció el ceño al elfo desconocido. "¿Qué le pasa a Bell?"

"Bell está trabajando mucho, señor. Bell dijo que Rung puede coger la poción." Los ojos castaños observaban al adolescente.

Severus conjuró un rápido Muffliato. Si no hubiera sospechado algo ya, esto lo suscitaría. Los elfos de Hogwarts nunca mencionaban sus pociones fuera de su laboratorio. Al menos no por nombre. Lo llamaban su afición, estudios extra, o alguna otra referencia indirecta. Este elfo no era un elfo de Hogwarts.

El Efecto de OndeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora