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"Realmente no te invitó, ¿verdad?"

"Bueno, no lo dijo explícitamente." Ian levantó las cejas acentuando su acento divertido, con la vista en el camino. Llevaba una camisa de cuadros de color verde que era originalmente suya, pero en el momento en que Ian se la puso esta mañana, Theo sabía que tenía que dársela para siempre. Se veía peligrosamente guapo, y el verde hacía que sus ojos se vieran mucho más brillantes y profundos. Sonrió de medio lado. "Eric dijo que podríamos ir mientras que Ryder se quedó en silencio dándome una mirada fija. Lo tomaré como un sí de todas formas. No es como que me vaya a patear fuera de su casa en vísperas de Navidad. No es tan frívolo."

Ian conocía a su tío mucho mejor de lo que él alguna vez lo haría, porque lo conocía desde un punto de vista de amigos, no como un familiar. Así que estaba seguro de que entre los dos se habían contado secretos profundos porque confiaban en el otro. Por eso estaba seguro de que su tío no quería matar a Ian de verdad, solo estaba molesto e incómodo de ver a su sobrino emparejado con su mejor amigo. Probablemente no sabía cómo tratarlos ahora. Debía ser raro.

Recostando la cabeza en el asiento, Theo suspiró con fuerza, intentando llevar un poco de energía a su cuerpo. Ian había ido por él a su manada a tempranas horas de la mañana como habían acordado con anterioridad. Había pensando que conseguiría un poco de descanso antes de partir, pero habían muchas cosas sucediendo en la manada, algunos cambios y algo de construcción sucediendo, lo que significaba mucho papeleo, llamadas constantes sobre cotizaciones y permisos de todo tipo de los residentes y de las compañías con las que trabajaba. Algunos de estos vivían en el extranjero, específicamente los dueños de ganado puro con quienes había comenzado a tener conexiones que los ayudaran a convertir su pequeña comunidad en una comunidad agropecuaria. Tenían todo planeado y muchos contactos. Todo estaba viento en popa, pero Dios... era demasiado trabajo.

"Puedes descansar un poco si estás cansado." Una pesada mano acarició su muslo por encima de los pantalones. "No te daré una charla por no dormir apropiadamente porque sé que has estado ocupado, pero realmente luces como si necesitaras unas pocas horas de sueño."

"Me veo como mierda, entendido." 

"Un poco, pero las bolsas oscuras y el rastrojo de barba te hacen ver misteriosamente atractivo. Lo que no es justo y probablemente me haga querer arrancarles los ojos a quienes te miren, porque que lo harán. Eso no quita el hecho de que luces exhausto."

Aun con los ojos cerrados, Theo sonrió. 

"Está bien. Quizás descanse un poco en ese entonces."

"¿Te gustaría desayunar algo en especial?" Theo escuchó la voz de Ian lejos y lenta, pero sus ojos estaban demasiado pesados como para mirarlo. La mano en su pierna le dio un apretón y él frunció el ceño sin abrir los ojos. "¿Panqueques, huevos y tocino suena bien?"

Se sintió a sí mismo mover la cabeza, murmurando un muy bajo y luego la voz de Ian diciendo que durmiera, y eso fue lo último que podía recordar por un rato antes de ser despertado por una mano que acariciaba sus orejas con lentos movimientos. Theo parpadeó pesadamente, enfocando todos sus sentidos instintivamente, el primer aroma que pudo captar era el de Ian y su cuerpo se tranquilizó antes de buscar sus ojos. 

Ian tenía una sonrisa suave en los labios rojos. "¿Desayuno?"

"¿Dónde estamos?" 

"Seguimos en carretera, pero creí que sería buena idea parar y conseguir algo de comida en nuestros estómagos antes de continuar." Ian enterró la cabeza en su hombro, inhalando con fuerza antes de besar su garganta. "Te he extrañado tanto, creo que solo te quiero para mi por unas horas. Llámame egoísta, pero han pasado casi dos semanas desde la última vez que nos vimos y no podía besarte apropiadamente alrededor de tu madre y Harry."

[ESPECIAL] Una Navidad de OsosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora