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Al día siguiente, la señora Lee los despertó temprano para que prepararan sus cosas rápido, ya que irían a ver al médico de Seokmin a Yongin.

Había conseguido turno ese mismo día debido al sorpresivo regreso de su voz, y debía revisarlo urgentemente.

La idea era ir y volver el mismo día, pero, por si acaso, debían llevar una muda de ropa por si se les hacía muy tarde.

Joshua se encargó de guardar la ropa de ambos, mientras Seokmin se vestía, aún algo adormecido, el rubio pudo notar su nerviosismo.

Joshua enganchó la mochila de un lado a su hombro, se sentó junto a Seokmin, tomando su mano para que el pelinegro lo mirara.

—¿Estás bien? —preguntó con suavidad.

Seokmin asintió automáticamente, pero no convenció del todo a su novio.

Joshua pasó un brazo sobre los hombros del chico, abrazándolo.

—Estoy contigo, no te preocupes —habló cerca de su oído—. Ven, desayunemos.

Bajaron las escaleras juntos, incluso cuando estaban tomando su café, por parte de Joshua, y su chocolatada fría, por parte de Seokmin, el rubio no dejó de sostener su mano.

Ya en el auto, compartieron auriculares, Seokmin se acomodó sobre su hombro con intenciones de seguir durmiendo, nadie se lo impidió, ni siquiera Momoland con su alegre canción Baam sonando a todo volumen

𝗠𝘂𝘁𝗲 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora