Capítulo XVII: El Final De La Venganza

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El cielo parecía caerse a pedazos, la lluvia no cesaba en ningún momento, pronto las calles de la ciudad estarían inundadas.

"Minerva tienes que detener esto" - pidió Eozeoldo - "Destruirás la ciudad"

"Ese es mi objetivo, Eozeoldo" - sonrió con malicia - "Ellos destruyeron mi mundo, ahora yo destruiré el suyo" - reclamó violentamente

"Eso fue hace años Minerva, acabarás con la vida de muchas personas" - advirtió Eozeoldo

"No me importa que la gente muera" - dijo sin darle importancia alguna

"¿Ni siquiera si fuera Mandy?" - cuestionó Eozeoldo

"No te atrevas a nombrarla" - exclamó con molestia

"Vaya fantasma estúpido" - recriminó Ethan

"Habrá que detenerla a la mala entonces" - suspiró Eozeoldo

La gran serpiente tomó distancia para lanzarse a Matías que yacía en el suelo inconsciente.

Emilio se reincorporaba del suelo después del impacto, su mente aún estaba algo desorbitada, lo cual le hizo perder tiempo hasta darse cuenta de la situación.

La serpiente estaba tomando impulso para abalanzarse contra el chico y finalmente acabar con su vida. Pero esto no ocurriría si él estaba ahí para evitarlo. O al menos eso pensó su desorbitada mente.

"¡Hey tú!" - exclamó Emilio llamando la atención de la serpiente gigante

La serpiente se giró para quedar recta a la posición de Emilio, tomó impulso y salió disparada contra el chico.

La visión de Emilio seguía nublada, no podía distinguir bien su alrededor, solo alcanzaba a ver una gran sombra que se dirigía a él.

Aún cuando su mente no estaba funcionando por completo no hacía falta para saber de que cosa se trataba, inconscientemente se tiró a un costado para sentir un gran estruendo enfrente de él.

Un chorro de agua le mojó el rostro, haciéndolo reaccionar, su vista se volvió clara. Levantó la vista y se dio cuenta de que un árbol estaba por caerle encima. Rodó para alado y logró ver como el árbol caía a unos escasos centímetros junto a él.

Con el corazón latiendo a mil por hora, se levantó del suelo para quedar enfrente de la gran serpiente que estaba apunto de conectar un certero golpe. Como pudo saltó sobre el ocico de la criatura y se aferró a ella.

La criatura comenzó a sacudirse sin cuidado alguno, golpeando con el cuerpo varios montones de rocas y árboles que se cruzaban en su camino. Se impulsó con fuerza hacia arriba, ganando altura para comenzar a golpear su cabeza contra cualquier objeto que alcanzará su altura.

Llegó a elevarse tanto que Emilio podía ver sobre los árboles, alcanzaba a ver la capilla San Martín donde se encontraba Fernanda debatiéndose entre la vida y la muerte. La lluvia comenzó a golpearlo con mayor intensidad por la altura a la que estaba, sus manos ahora húmedas (No sabía si del agua de la lluvia o de la sangre que brotaba de sus heridas en las manos) comenzaron a resbalarse del cuerpo de la criatura. Estaba a dieciocho metros de altura, lo que hacia a una posible caída, letal.

No había muchas soluciones para su situación, la serpiente intentaba quitárselo de encima a como diera lugar, sin importar hacerse daño ella misma. Podía utilizar eso a su favor, la criatura se quedo inmóvil. Su cabeza seguía elevada en el aire. Lo único que evitaba la caída del chico era su mano derecha que aún se sostenía con firmeza al rostro de la criatura.

En Un Mundo Sombrío: El Bosque Maldito (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora