Capítulo IX: Sombras

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El aire que llegaba al balcón era bastante refrescante por lo que decidió salir, la noche era pacifica, sin contar la lluvia que estaba llenando por completo a la ciudad, aún así decidió no entrar, quería seguir ahí, del bosque pudo ver salir a una chica, su pelo era lacio, rubio, sus ojos eran cafés como el caramelo, era alguien que Emilio conocía bastante bien... Era Fernanda.

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Narra Emilio

No era posible... A pesar de que estaba a tan solo algunos metros de ella, sentía algo extraño, era como si no fuera ella, como si no pudiera reconocerla.

Estaba dividido en dos, mi cabeza me decía que no era ella, pero mi corazón me decía que debía ir con ella.

Tontamente decidí hacer caso a mi corazón, salí de mi habitación y me dirigí a la salida del hospital, tenía un gran pendiente de que para cuando llegará al bosque ella ya no estuviera ahí, que se volviera a ir.

Tarde algunos minutos en salir del hospital, sabiendo que probablemente ella ya no estaría ahí, pero fue lo contrario, ahí estaba ella. Sus hermosos ojos caramelosos, su cabello rubio, sus labios dulces. Me miraba con tristeza, no se porque pero pude entender porque se encontraba así, el beso con Kathe.

No habían palabras para describir lo que sentía en ese momento, un nudo se me hizo en la garganta, quería explicarle pero no podía, no porque no supiera como, si no porque no podía hablar.

Comencé a acercarme cada vez más a ella, ella hacía lo mismo, quedamos uno enfrente de otro, mirándonos a los ojos como antes, como si todo hubiera vuelto a la normalidad.

Mis ojos negros se unieron con sus ojos cafés, me acerque a ella y la bese en los labios, sus labios se sentían cálidos, rasposos pero era normal después de tanto tiempo en el bosque, no me quería separar de ella.

Seguíamos en lo nuestro, pero sentí como si sus labios cambiaran, sentí como si hubiera cambiado su ser, abrí los ojos y aún seguía una hermosa chica, pero esa no era Fernanda, era Kathe.

Sus labios eran más finos que los de Fernanda, claro que ella no había desaparecido, su cabello le daba un aspecto de modelo, lo cual la hacía más atractiva, sin saber porque no me separa de ella y continue besándola.

Fernanda

Pensé, aunque no eramos nada formal sentía que le estaba siendo infiel, aún contra mi voluntad me separe de Kathe.

"Lo siento" - susurre lo suficientemente alto como para que ella me escuchará, y me fui de ahí.

Cuando estaba ya algo alejado sentí una mano en mi hombro, pensé que era Kathe, me di la vuelta para mirarla pero no era ella.

Pude ver a una mujer de piel pólvora, con un símbolo negro en la frente, su cabello era sedoso, grasoso y cabello cetrino. Me miraba con una macabra sonrisa, acompañada de una mirada fija con unos oscuros ojos.

"¿Quién eres tú?" - pregunté sin obtener respuesta

La mujer me seguía mirando igual, no cambiaba su expresión.

Sin saber de dónde, saqué valor y me acerque a la mujer, cada paso que daba a ella me hacía sentir mareado, mi vista se comenzó a nublar, sabía que en cualquier momento caería pero no me quería detener, como esperaba, caí a unos cuentos centímetros de ella, ahora ella era la que se acercaba a mí.

Se posó enfrente de mí, me sonrió y entonces... Desperté.

Todo había sido un sueño... Una pesadilla.

En Un Mundo Sombrío: El Bosque Maldito (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora