Yamaguchi estaba aterrado.
Se encontraba en un carruaje muy elegante, en camino a un destino del que ni el estaba seguro, su pierna no paraba de moverse de arriba a abajo, frotaba sus manos de un lado a otro, su corazón palpitaba fuerte, el no recordaba sentirse así desde hace mucho.
Volteo a ver a su acompañante de enfrente, mordiendose el labio, su compañero lo volteo a ver directamente a los ojos.
Hinata sabía cómo se sentía Yamaguchi, el se sentia igual, y como no estarlo, está era su primera experiencia fuera de lo que fue su "hogar" . Su primer acercamiento al, "mundo real" , o así podría pensarse ya que estarían confinados en las paredes de los castillos.—Yams, tranquilo estuvimos preparandonos para esto toda la vida– dijo intentando calmar a su pecoso amigo, y a él mismo también.
—¿Y si fallo en mis tareas? Dicen los rumores que el hijo de Rey al que voy a servir es un hombre realmente cruel y no le tiene piedad a las personas—le respondió bajando la mirada, quería llorar, el no se sentía listo para lo que venía.
—Entonces estaré ahí para ti, para protegerte—Le quiso animar el pelirrojo, aunque ni el sabía como sería estaba igual de nervioso pero el no podía mostrarse así alguien tenia que clamar las aguas así que tomo el rostro del peliverde entre sus manos y lo levantó para mirarlo fijamente a los ojos. —Al menos mirale el lado positivo, vamos a seguir estando juntos— le sonrió.Yamaguchi lo miró, y le sonrió de vuelta por un momento sintió que sus preocupaciones desaparecian, porque así siempre era Hinata, como un pequeño sol con sus resplandecientes sonrisas— Tienes razón Hinata, estaremos juntos gracias — Tuvo el impulso de abrazarlo pero el más pequeño se adelantó aferrándose fuertemente a su cuerpo.
Los dos se comprendían muy bien, sabían cuando uno estaba mal, porque se conocían desde niños, ambos huérfanos, crecieron en un orfanato hasta sus cinco años y de ahí fueron trasladados al internado "Haikyuu" por sus peculiares colores de cabello.
En ese internado estaban reclutando a niños y niñas con apariencias "Peculiares", para criarlos y educarlos con el fin de que fueran la servidumbre perfecta para la nobleza, gracias a sus apariencias también serían un "espectáculo" de ver para sus amos. A Hinata lo transfirieron por la forma de su cabello, su color y su baja estatura y a Yamaguchi por su cabello verde, sus pecas ya que era extraño ver a alguien con ellas, se consideraban un defecto en las personas que lo llevaban, pero Yamaguchi esa ves fue la excepción, ya que sus tutores le habían dicho que su rostro era muy bonito y las pecas lo complementaban.
-Supongo que ya no puedo hacer mucho- penso el pecoso respondiendo al cálido abrazo de su pequeño amigo.
Observó la ventana admirando el paisaje, viendo a las personas del pueblo pasar, eso quería decir que ya casi llegaban a su destino.
—Hinata, ya casi llegamos— dijo para que se separaran, Yamaguchi no quería pero sería muy mal visto a dos sirvientes abrazados en su primer día —Solo un poco más Yams— dijo para después voltear a verlo a los ojos y dedicarle otra sonrisa — Si te vuelves a sentir mal, solo recuerda que te quiero mucho — A esto Yamaguchi lo abrazo con mas fuerza, no quiso contestar el sabia que con ese abrazo se estaban dando el apoyo que necesitaban, sabía perfectamente que él más chico estaba igual o peor que el, pero Hinata siempre veía el lado positivo de las cosas.
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____________Después de ese emotivo momento, llegaron, se seguían sintiendo nerviosos pero contaban uno con el otro.
Ambos bajaron del elegante carruaje y caminaron hacia la entrada, un par de enormes puertas con un lujoso escudo en el medio, a leguas se veía que estaba hecho de los mejores materiales que el reino pudo encontrar.
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"Codibia". [Tsukiyama] [Kagehina]
FanfictionEn el internado "Haikyuu" educan a niños con características distintivas de la mayoría de niños para ser la servidumbre perfecta, este fue el caso de Yamaguchi Tadashi y Hinata Shoyo, que huérfanos fueron criados en ese internado. Y ahora con 18 año...