Agarre felino

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«Miau».

Miró hacia abajo, encontrando un gatito de ojos violetas y pelo blanco.

—¿Un gato?

La cara de molestia de Giyuu Tomioka, maestro de eduación física del instituto Kimetsu, se tornó en una entre sorprendida y confundida.

—¿Qué haces?

Él le extendió la mano, pero el minino se alejó de inmediato, mirándolo con desconfianza.

—Están prohibidos los gatos en el colegio, vete.

Y lo agarró.

Y lo echó de la sala de profesores.

[ . . . ]

«Miau».

Al oír por centésima vez el maullido al lado de su silla, el maestro miró hacia abajo para encontrar al mismo gato que hacía un par de horas.

—Que Kanroji-sensei te haya dejado no quiere decir que puedas andar maullando por todo lado.

«Miau».

Casi en provocación maulló más fuerte.

Giyuu suspiró y miró enojado al felino. Cuando abrió su boca para propinarle otro regaño, la puerta de la sala se abrió y el mismísimo director le brindó una sonrisa cariñosa.

—Giyuu, buenas tardes.

—Señor director, buenas tardes.

—Oí que tienes un gatito, llévalo a casa y evita que venga contigo ¿entiendes?

Él frunció el ceño.

—No, espere, este animal-

—Tsutako me preguntó acerca de cómo estabas, me preocupé mucho, pero si tienes la integridad para tener un gatito, seguro estás bien.

El de ojos azules se calló de inmediato.

Aunque era seriamente vergonzoso que no pensara que tuviera la "integridad" para tener un gato, el saber que su hermana estaba tan preocupado por él le resultaba inquietante.

—Dígale que no se preocupe, estoy bien.

—Oh, mi. Genial —dice Kagaya para luego hacer un círculo con su dedo índice y pulgar sumado a un guiño—. Perfecto. Venía a decirte que podías entregar tu planilla manaña en la mañana, para que puedas ir a casa.

—¿En serio? Muchas gracias. —Inclinó su cabeza de inmediato.

El Ubuyashiki solo sonrió satisfecho.

—Come algo y recuperate para mañana, perdona que no hayamos tenido señal hoy.

—Es mi error por no pagar el servicio de telefonía.

Ese día era el último para entregar las notas, y Giyuu, con mucha fe y poca paciencia había dejado el pasar sus notas a la plataforma del colegio hasta el último día.

Pero ese día se fue el internet del colegio, y todos los maestros se fueron temprano porque ya lo habían hecho, y Giyuu quedó solo intentado conectarse a cualquier internet de los alrededores, anhelando que su hacker interior descubriera alguna contraseña.

Eso lo traía ahora, por fin saliendo del colegio tarde, con una cara cansada y sin ganas de hacer absolutamente nada.

Y con un gato a cuestas.

—Que sepas que te traje solo porque no quería quedar mal con el Señor Director.

—Miau.

El gatito lo seguía.

Agarre felino - GiyuuShinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora