Extra

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La expresión tensa de Tanjiro fue ocultada gracias a la postura de abrazo trasero que tenían acostados en la cama. Aunque eran cubiertos por el edredón azulado con el que ambos estaban arropados, cada uno podía sentir piel a piel la desnudez de su acompañante.

Ambos estaban despiertos.

No sabían qué hacer.

Kanao tomó aire y valentía, solo para no mover ni un músculo. Le pesaba más la conciencia que el dolor en su zona baja, aún sentía su abdomen algo tenso por toda la actividad nocturna no tan nocturna que tuvieron ambos.

—¿... Aoi-san no te habrá llamado? —dice en voz baja y tensa Tanjiro.

—Revisaré.

Kanao, aprovechando la oportunidad para romper el abrazo y levantarse.

El gerente tuvo que aguantar un suspiro al poder apreciar completamente las maravillas que ocultaban las ropas normales de su joven subordinada.

Aunque...

«¿Ella comerá bien?» pensó, preocupandose al notar las lineas poco notorias de sus huesos. Sin embargo, si ignoraba esos sutiles contornos, nadie negaría que tenía un cuerpo poco más que exquisito.

«Cálmate Kamado Tanjiro, has podido soportar muchas veces tus impulsos, hazlo ahora mismo también» se regañó mentalmente.

Pero no pudo evitar encogerse un poco, para que no se notara... la reacción.

—Sí me escribió —habló Kanao al tomar su celular—. Debo irme.

—¿No comerás?

Kanao se detiene, pensando.

—Te prepararé algo rápido.

En un intento de que ella no se arrepienta él se levanta de la cama.

Y Kanao miró de inmediato hacia abajo.

«Mierda» pensó el pelirrojo.

Pero hizo como si no hubiese pasado nada, en una magistral muestra de su profesionalismo laboral.

—Aunque primero deberíamos cambiarnos ¿sí?

[ • • • ]

Kanao disfrutó de la primer comida que podría llamar deliciosa, en todo el mes. Había oído de los chismes que Aoi el contaba acerca de lo buen cocinero que era el Kamado, pero nunca esperó probarlo con su propia boca.

Suspiró al terminar y le echó una mirada a su normalmente alegre jefe, que ahora mismo estaba mortalmente callado.

«Debería disculparme» pensó, solo para retroceder al no hallar palabras para expresar por qué se disculpaba . «¿Qué diría? ¿"Perdón por obligarte a coger conmigo"? ¿"Lo siento por no hacerte sentir bien"? No, estoy segura que lo hice sentir bien...» muchos pensamientos pasaban por su pequeña cabeza.

Tras mucho pensar, descubrió qué hacer: Absolutamente nada.

«Esperaré a que sea él quien diga qué hacer, al final, es mi jefe». La confianza de Kanao en su superior habría sido justificada en cualquier área laboral, Tanjiro tenía un excelente historial al momento de tomar buenas decisiones, sin embargo, en temas personales... se desconocía su buen veredicto.

Ella solo lo miró en silencio.

Tanjiro, por su lado, también estaba vuelto un caos.

«¿Qué se supone que haga? Si fue con permiso sería raro pedir perdón, pero si la obligué... solo haría peor. Pero no, espera, ella se quedó a desayunar por lo menos, eso quiere decir... ¡Que no me demandará!» Soborno existoso. «Ahora bien, eso solo deja una solución».

Huir.

—Ha-, Hagamos como si lo de ayer nunca hubiera sucedido ¿te parece?

—Entendido. Estoy bien con eso.

El rápido intercambio calmó el corazón de ambos.

«Bien» pensaron al mismo tiempo.

Sin embargo, nunca esperaron que el haberlo hecho una vez dejase una clase secuela en ambos, una que era muy complicada de tratar.

—Quiero volverlo a hacer...

Tanjiro recostó su cabeza en el asiento de su oficina mientras contaba al aire sus deseos.

[ F I N ]





























—¿Tanjiro-san te trató bien?

Aoi le preguntó a su amiga, intentando sacar algún tema de conversación para su almuerzo.

Kanao la miró, luego miró su almuerzo.

—Fue algo brusco, pero lo disfrutamos mucho.

La de mirada azulada la miró con desconcierto.

—¿Disfrutaron del camino? ¿Te llevó hasta la casa?

—... sí, hasta la casa...

Soñé contigo - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora