Soñé contigo - TanjiKana

Extra II

«No. No puedes. Eres un buen jefe» pensó para sí Tanjiro mientras veía la ciudad por el gran ventanal que tenía en su oficina.

Desde hacía una semana no dejaba de añorar a su callada subordinada. De hecho la deseaba, pero si algo había aprendido...

«Debo controlar esos sueños» dijo para sí en voz muy baja.

Llevaba tres días seguidos soñando con la joven adulta que compartió con él alcoba una semana antes, cosa que no hacía más que empeorar el hecho que él no dejara de desearla.

Suspiró y se dio la vuelta.

—Kanao-san ¿quiere sentarse?

Tomándolo como una orden, ella se sentó frente al escritorio del hombre de traje elegante.

Él la miró, ella lo miraba.

—Tenía una duda y quería solucionarla rápidamente, perdona que te robe tiempo —dijo él.

—No se preocupe. ¿Cuál sería esa duda? Si tiene algún problema con mi método de trabajo...

Él negó inmediatamente al sacudir su mano frente a ella.

—No es eso —dijo para luego sonreír—. Kanao-san ¿recuerdas lo que sucedió hace una semana?

«Quiero volver a hacerlo» no dijo eso por mera fuerza de voluntad.

La mujer frente a él lo observó con sorpresa al inicio, pero luego frunció el ceño y su expresión seria de siempre se tiñó de molestia.

—Hace una semana salí con una amiga mía ¿tienes algún problema con eso?

«Qué...».

Tanjiro fue herido, agredido, golpeado, apuñado, quemado y asesinado por esas palabras.

«¿Fue... fue tan malo como para olvidarlo?» pensó en pánico «No. Ella seguramente se toma muy en serio lo de olvidarlo, eso es jajaja».

—Aunque dije que debíamos olvidarlo, quisiera hablar sobre ello-

Su mirada de molestia se tiñó en enojo.

—Shachou-san, entiendo su necesidad de querer que todo funcione bien, pero le pido y no se meta en mi vida personal. ¿Qué más necesita saber acerca de lo que hice hace una semana, además de que salí con una amiga mía?

Tanjiro quería llorar.

—Yo... está bien. Dado que no... sucedió eso, le pido que se retire.

—Muchas gracias.

Ella se levantó y salió de la habitación de inmediato.

Con gran pesadez Tanjiro se sentó en su lugar.

«¿Tan mierda lo hice?» pensó «¿O es tan... pequeño? ¿Kanao-san preferirá más...?».

Mil pensamientos asaltaron su cabeza mientras sus ganas de vivir sufrían grave desidia.

[ • • • ]

«Lo hice estupendo ¿verdad, Kamado-shachou» pensó con orgullo Kanao.

Tras sufrir tan seria prueba de fuego por parte de su superior, ella sentía que había ganado su confianza.

«Aunque dijo que quería hablar de ello, él no es de los que niega sus órdenes. Si me dijo que no pasó, no pasó y punto».

Kanao era muy obediente.

«¿Tal vez debería ir a preguntarle su opinión luego de la jornada?» pensó «¡Tal vez pueda ganar un aumento si me gano su confianza!».

Estaba animada y tan contenta como se encontraba, fue al fin del trabajo a la oficina de su superior.

—¿Kamado-shachou? 

Hizo cocos* por la puerta, asomando su cabeza y espiando en secreto a su jefe.

[DiccZeli: Hacer cocos (expresión de mi región): Mirar a alguien sin que este se dé cuenta, como espiar]

Pudo verlo muy concentrado en su trabajo, viendo un libro al tiempo que escribía en su computador. Atendía al teléfono y escribía en una libreta. Todo al mismo tiempo.

Orgullosa por su superior abrió la puerta y se paró firme.

—Gerente.

Él por fin pareció darse cuenta de su presencia y la miró con preocupación.

—¿Kanao-san? ¿Sucede algo?

Ella cerró la puerta y asintió.

—Quería saber si estaba satisfecho.

—¿Satisfecho?

Contenta llevó se mano derecha al pecho y declaró:

—Lo que hicimos hace una semana será un secreto solo entre nosotros dos. ¿Está tranquilo ahora?

Él la miró, luego pareció sorprenderse, pero al mismo tiempo contenerse, la miró con alegría, luego con duda.

Finalmente empezó a reír.

«Su risa es buen resultado» pensó con felicidad Kanao.

—Si no es mucho pedir ¿podré aplicar a un aum...?

—Claro, claro. Eres este tipo de persona ¿por qué me preocupaba tanto?

Ella se calló cuando él habló solo

—Aunque... —Tanjiro la observó—. No estuve del todo satisfecho.

Kanao se sorprendió.

—¿Puedo saber por qué?

Él la miró de arriba abajo.

Sonrió.

Caminó hacia ella mientras decía:

—Hagámoslo una vez más, te diré entonces lo que te faltó.

—¡Sí!

Ella se dio la vuelta para salir del lugar, pero Tanjiro la agarró y juntó sus labios.

«¿Qué?» ¿Por qué la estaba besando ahora? Quiso preguntar, pero él tendría sus motivos.

Así como tuvo motivos para bloquear la puerta, empujarla contra la pared y manosearla.

Él, él tendría sus motivos.

Y mientras Kanao intentaba hallar el motivo, ambos disfrutaron su segunda vez.

[ FIN: EXTRA II ]

—Ah, usted decía no estar satifecho con tener sexo una vez.

Kanao golpeó su palma con la parte inferior de su puño al llegar a esa conclusión.

Tanjiro detuvo sus manos y no terminó de poner su correa.

«Ella era este tipo... de persona...» pensó y empezó a sentirse mal.

—¿Puedo ahora aplicar a un ascenso?

Él la miró. Tomó aire y disfrutó el momento.

—¡Claro!

«¡Sabía que podría!» Kanao se alegró de que su plan se cumplió.

Tanjiro se alegró porque ahora sabía cómo hacer que "saldaran cuentas".