Capítulo 5- La verdad

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Cuando eres pequeña y dependes completamente de tus padres hay cosas que pueden lastimarte al punto de querer cosas que un niño ni siquiera debería imaginar.

Recuerdo que cuando era pequeña fui a la iglesia y me dijeron que tenía que orar cada noche para que el señor me ayudara a conseguir lo que quería, en ese tiempo mi relación con mi madre era terrible, así que cuando tenía días realmente malos me ponía en el borde de mi cama a orar mientras lloraba preguntándole al señor por qué me había mandado a una familia en donde nadie me quería, recuerdo que era tanto mi dolor que cada noche le pedía que me llevara con él, porque no quería estar más aquí, porque cualquier cosa era mejor que sentirme como me sentía.

Ore cada noche de mi vida por ello y jamás paso.

Y mi vida tampoco mejoro

Así que me convencí de que estaba destinada para algo verdaderamente importante y por eso era que seguía aquí, crecí y comencé a crear mi propia vida y mientras más me alejaba de esa niñita pude comenzar a amar mi existencia.

Una parte de mí sentía que lo que me estaba pasando era una muy mala broma para mí, porque justo cuando comencé a dejar de querer algo que siempre había deseado estaba a punto de ocurrir y se sentía tan mal.

Porque no quería morir.

Así que no dejaría que me mataran.

...

No pude responder a su pregunta, pues mi voz parecía haber desaparecido, pero él lo supo, como si pudiera leer mi mente supo que en efecto ese era mi nombre y yo la persona que estaba buscando.

-Duerme -Dijo y todo se desvaneció, fue... como si mi cerebro se apagara, una sola palabra y no pude evitar quedarme dormida, como si...hubiese lanzado un hechizo sobre mí.

Desperté en algún punto del camino, cuando abrí los ojos pude ver su perfil iluminado con la hermosa luz de luna de esa noche. Cuando mire a otro lugar que no fuese su rostro note que estábamos muy arriba del piso, como si voláramos, pero mi mente estaba tan lejos que no podía concentrarme en aquella situación, lo único en lo que podía concentrarme era en detallar cada parte que podía ver de su cara, impresionada, como si, aunque quisiera no pudiese apartar los ojos de él, era una sensación extraña, casi se sentía como un imán que me atraía conforme mas miraba. Cuando noto que había despertado, levanto la mano y la poso sobre mis ojos cerrándolos una vez más.

-Tenemos que matarla- escuche a alguien susurrar a lo lejos

-No podemos matarla, tal vez ella pueda ayudarnos, tal vez Cordelia la mando

-Cordelia no mando a nadie, esta mundana es un error Eben- Reconocía ese nombre, Gleen lo había mencionado. No podía abrir los ojos, los sentía muy pesados, como si no quisieran abrirse a pesar de mis pobres intentos

-No creo que sea un error

-Lo hare yo, puedo matarla, puedo hacer que no despierte del sueño jamás

-No puedes ser tan insensible, solo es una niña

-Es la mejor decisión, puedo hacer que no sufra si eso es lo que te preocupa

-No vas a matarla

-¿Y quién se supone que va a detenerme? ¿Tú?

-Yo...- Podía escuchar los pasos acercándose a mí, después una mano rodeando mi cuello y cuando mi cuerpo comenzó a levantarse un poco mis ojos se abrieron al fin.

Era él, era la persona que me había traído a este lugar en un principio.

Todo el ruido que había en la habitación ceso y por un momento todo lo demás desapareció, parecía que él podía ver a través de mi alma, su mirada era...tan fría, tan llena de dolor, que inmediatamente un sentimiento de pena me invadió, pobre hombre, no había ni una pizca de vida en sus ojos, como...como si su cuerpo estuviese vacío, incluso su piel, era helada y tan clara que parecía casi transparente, no tenía color alguno en su cuerpo más que en sus labios, que eran tan rojos que parecía como si tuviese sangre sobre ellos y su pelo, era el pelo más oscuro que había visto en mi vida, no tenía ni una sola línea de expresión, como si jamás en su vida hubiese movido el rostro, lo tenía tan marcado que lo hacía ver tan apuesto, pero a la vez deprimente, parecía irreal, como si fuese una escultura tallada a la perfección y aunque intente reprimirme no pude evitar contener las ganas de tocarlo.

La ciudad oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora