Capítulo 2- Un desconocido

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Día 2

Por mas que detestara mi horrible trabajo era el único que había conseguido, así que muuuuuuy en contra de mi voluntad fui al centro comercial a besarle los pies a Richard

-¿Entonces esperas que te regrese el empleo así como si nada?- Estábamos en su despacho, lo cual era raro, porque yo nunca entraba en ese lugar. Estaba parado detrás de su escritorio mirándome, mientras que yo estaba sentada en una de las dos mugrosas sillas de su oficina

-Sí

-¿Después de lo que me hiciste?- Comenzó a caminar en mi dirección 

-Sí

-¿Después de cómo me trataste?

-¿Me regresaras el empleo o no?

-Está bien hermosa

-No me llames hermosa

-¿Por qué?

-Porque me da asco

-No estás en posición de tratarme de esa manera- Se acerco a mi haciendo que tuviera que levantar la cabeza para mirarlo

-Estoy en posición de tratarte como se me dé la gana, que seas mi jefe no te da el derecho a tratarme como se te hinche un huevo- No me moví

-Cuida tus palabras preciosa- Puso su mano en mi cabello cuando me aparte

-¿Sabes qué? Quédate con tu estúpido trabajo, no lo vale- Hice un ademan de salir cuando me respondió

-¡Espera! Está bien, lo siento, el empleo es tuyo si lo quieres- Salí de su oficina y me fui directo a mi lugar.

Eunice no mentía cuando me dijo que la caja con mis cosas ya no estaba, maldita delincuencia, no tenía dinero para reponer ni la mitad de las cosas que había en esa caja, y aunque Eunice había tenido el increíble gesto de prestarme su lapicera, la verdad es que no me bastaba. Esa caja tenía linternas, guantes, muchas cosas que usaba para cargar, apuntar y demás.

-Te juro que pensé que no te vería más por aquí- El muchacho de cabello castaño y tez blanca llamado Jorge se acerco a mi escritorio

-No voy a dejar que te libres tan fácilmente de mí

-Pero si solo me voy un día y consigues que te despidan- Se recargo sobre mi escritorio entrelazando sus brazos mientras me miraba fijamente

-Pues para la próxima no me dejes sola

-Claaaaro, voy a desaprovechar mi día de descanso para cuidarte

-Es lo que haría un buen amigo

-Pero yo no soy tu amigo- Me miro aun mas fijamente y acerco un poco su cabeza, y su mirada me desconcentro por un momento antes de que pudiera responderle

-Pero tampoco eres mi novio- Pude ver el momento exacto en donde su mirada cambio y solo carraspeo

-Porque tu no quieres

-Sabes que los compromisos no van bien conmigo, además, te gusta lo que tenemos ¿Cierto?

-Mas de lo que quisiera

-¿Entonces de que te quejas?

-De que podría perderte en cualquier momento

-No me perderás...porque ni siquiera me tienes- Me reí y después me arrepentí al ver su cara- Sabes que entre tu y los demás siempre te voy a preferir a ti- Me puse de pie y le di un pequeño abrazo

-Eso no es justo

-¿Qué?

-Que me chantajes de esta manera

La ciudad oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora