Cumpleaños De Un Cerdo Rubio

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Habían pasado aproximadamente diez años desde el día en que desperté en mi libro favorito en la puerta de los Dursley en el cuerpo de su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive seguía siendo igual de aburrido que cuando llegue, espero con ansias mi carta de aceptación a Hogwarts.

Sin embargo, aun no llegaba ese glorioso día en el que mi vida en este mundo mejore. Por el momento he estado trabajando en mi cuerpo mediante ejercicios que realizo en el parque del número 4.

Lamentablemente mi tía Petunia me acaba de despertar con su chillona voz, igual que todos los días.

"¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora!" Dijo mi tía gritando cada vez más fuerte levantándome de la cama sobresaltado.

"¡Arriba!" Chillo de nuevo mientras se iba rumbo a la cocina.

Me di vuelta y trate de recordar el sueño erótico que había tenido mientras me realizaba una paja. Sin duda había sido muy excitante. Estaba en un trono mientras que varios de mis personajes favoritos satisfacían mis deseos carnales, estoy ansioso de cumplir mis fantasías.

Mi tía volvió a mi puerta interrumpiendo mi masturbación, como detesto esta casa. Siempre que estoy divirtiéndome uno de los odiosos Dursley aparece arruinándolo todo.

"¿Ya estás levantado?" Quiso saber Petunia mientras golpeaba con enojo mi alacena.

"Casi" Respondí de forma cortante mientras me levantaba y ponía ropa limpia.

"Bueno, date prisa, quiero que vigiles el beicon. Y no te atrevas a dejar que se queme. Quiero que todo sea perfecto el día del cumpleaños de Duddy" Dijo con tono severo sacándome una enorme mueca.

El cumpleaños de Dudley... ¿cómo había podido olvidarlo? Era uno de los eventos más importantes del libro, fue cuando Harry descubrió que podía hablar parsel.

Una vez termine de idear mi proceder en el zoológico salí al recibidor y entre a la cocina. La mesa estaba casi cubierta de regalos, he de admitir que me siento muy celoso pues en sus cumpleaños Dudley es el rey, recibe tantos regalos como quiere, come lo que desea y pese a su horrible comportamiento siempre recibe elogios.

Durante mucho tiempo su primo había abusado de el mediante golpes, los cuales podrían incluso considerarse su deporte favorito, pero esos días quedaron pues crecí de manera acelerada y a mi corta edad ya mido 180cm. Por ello les resulto a los Dursley hacerme usar las holgadas prendas de mi primo por la gran diferencia de altura. Yo tengo cabello azabache, piel bronceada que resalta mis bien trabajados músculos y unos ojos verdes esmeralda que enamorarían a cualquiera.

El tío entro a la cocina cuando estaba dando vuelta al tocino.

"¡Péinate!" Bramó Vernon como saludo matinal.

Una vez por semana, tío Vernon me miraba por encima de su periódico y gritaba que necesitaba un corte de pelo. Me han cortado más

Veces el cabello que el resto Harry le habían cortado más veces de niños de mi clase juntos, pues mi cabellera seguía creciendo para todos lados dándome una apariencia de fuckboy por lo que no me molesta.

Me encontraba friendo los huevos cuando Dudley llegó a la cocina con su madre. Dudley se parecía mucho a tío Vernon. Tenía una cara grande y rosada, poco cuello, ojos pequeños de un tono azul acuoso, y abundante pelo rubio que cubría su cabeza gorda. Tía Petunia decía a menudo que Dudley parecía un angelito. Sin embargo yo decía que se parecía una enorme bola de grasa.

Me encargue de poner los platos de tocino y huevos sobre la mesa, lo que era difícil porque había poco espacio por todos los regalos de Dudley. Entretanto, Dudley contaba sus regalos. Su cara se ensombreció.

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