Inmolación al miedo

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Temo a las oscuras siluetas
que acechan mi habitación:
frígidas sombras sin vida,
metamorfosis de una vaga ilusión;
mustios sueños de baúl extraviados;
amnésicas palabras sin razón.

Temo a los pérfidos demonios
que me impiden dormir,
personajes de papel estrujado
reclamando un final feliz;
y al insomnio de cada madrugada
reclamándomelo a mí.

Temo a las verdades ocultas
por el cerebro encerradas
entre neuralgia y sollozo;
y a las mentiras descontroladas:
antaño, armadura de hierro;
hoy, gravosa ruina oxidada.

Temo a mi monótono existir
por famélicas quimeras custodiado,
y a una soledad embriagadora,
y a un destino emborrachado...
Temo salir a la calle
y que todos corran asustados.

Temo al temblor de mis labios
en mi entrecortado pronunciar,
cohibiendo cada término,
prohibiéndome gritar;
y aunque temo quedar afónico
el silencio me podría gustar.

Temo a la fugacidad del tiempo
entre existenciales suspiros,
y a levógiros recuerdos
renuentes al olvido,
y a un incierto futuro
carente de todo sentido.

Temo a la condena
de las almas impuras,
ladronas de conciencia,
asesinas de cordura,
imperfecciones perfectas
que a muchos repugnan.

Temo no cantar al amor
como otros poetas lo harían.
Temo que mis versos
padezcan siempre en agonía.
Temo que el dolor se esfume,
y con él, mi poesía...

Temo irme de este mundo
—mas me iré— sin sonreír,
esa humana condición
que nunca comprendí...
y con la soga al cuello
yo solo temo...
              temo ser como soy...
              temo a la vida...
              temo a todo...
                         a todo excepto a morir.
  

Asimetrías del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora