Mi nombre es Alejando, puede que mi nombre sea lo que menos importa. Lo que creo que importa es mi obsesión con Samantha. Samantha es una compañera de trabajo, dicho así parecería simple pero la verdad es que la veo como si fuera un refulgente astro que decidió tomar una forma humana. De Samantha me gusta su metro y sesenta y cinco centímetros de estatura, su increíble piel de guerrera africana, sus suaves ojos claros y su figura que se me antoja perfecta.
Samantha es menor que yo pero por muy poco, yo tengo 21 años y ella 19. No sé si sea el amor de mi vida o algo así,el asunto es que la miro y siento que muero de desesperación, es algo intenso pues si estamos en el mismo lugar a solas creo que ella abarca todo el espacio, que se apodera de ese lugar, su voz es suave pero lo que más amo es la forma en que expresas sus ideas, la forma de su mente; es capaz de sintetizar una larga perorata en un par de frases que resuman de manera perfecta el sentido de lo que se quería expresar. Samantha va al gimnasio casi todos los días de la semana, Samantha va a la universidad donde estudia ingeniería, Samantha toca el piano y a veces cuando está de ánimo canta. Y lo mejor de todo es que Samantha existe, no me la estoy inventado. En el trabajo es responsable al punto de nunca faltar, más bien me ha cubierto un par de veces cuando yo no he podido llegar. Esto no es "You" ni nada por el estilo, no soy un psicópata, no quiero asesinarla o secuestrarla, la cosa es que no sé bien que quiero pues ya hablé de ella ahora al hablar de mi entenderán la razón de mi duda.
Yo soy un tipo bajo de estatura, un metro cincuenta soy rechoncho y tengo pocos estudios, me aburre leer y a los catorce años de edad ante mi apatía por los estudios mis padres me dijeron que escogiera entre estudiar o trabajar pero que algo debía hacer, así que desde que tengo catorce años he trabajado.
A pesar de mis ojos verdes y mi cara agraciada sé que no soy un tipo atractivo. Sé que no soy un buen partido. Tengo novia desde hace un par de años, Celeste. Celeste la conocí cuando trabajaba en un puesto de churros en un centro comercial, trabajaba como vendedora de en una tienda de deportes. Celeste es morena, un tono más suave que el de Samantha, su rostro quizás no es tan lindo o perfecto como el de Samy pero el cuerpo de celeste es simplemente hermoso. No quiero hacer una descripción más detallada de Celeste o de su cuerpo pues no quiero parecer misógino, dejémoslo en que su cuerpo es espectacular.
Con Celeste las cosas se dieron fáciles, hablábamos de vez en cuando siempre que venía a comprar churros o cuando yo iba a comprar alguna zapatilla de correr a la tienda donde ella trabajaba. Un día fuimos al cine y pronto terminamos siendo novios. Me hice novio de Celeste porque me resultaba muy atractiva más no creo que me haya enamorado, ella pareciera estar enamorada de mi pero la vida me ha enseñado a no andar confiando en lo que parece, así que simplemente diré que nos llevamos bien como pareja. Celeste se la pasa insistiéndome en que haga algo de ejercicios pero la verdad es que me gusta comer y no me gusta sudar.
Esa es básicamente la parte de mi vida en la que ando ocupado pensando constantemente. Hay muchos otros aspectos de mi vida: en mi casa vivo con mi madre y mi hermano menor. Tengo una montaña de primos y primas. A diferencia de mi madre mis tíos y tías fueron más prolíficos a lo que reproducirse se refiere.
Espero sinceramente no asquearles demasiado al abrir de manera sincera mi corazón y exponer lo que pienso y siento. No es idílico, no estoy hecho para encajar en una historia en la que se necesite un personaje que personifique solo los valores morales que pueden considerarse positivos, no soy una mala persona tampoco más en lo absoluto, no soy un santo.
El domingo en la mañana tenía que ir a trabajar a la tienda de tecnología en la que trabajo en este momento junto a Samy. La señora Marta, la encargada, es una señora madurita, una "MILF" diríamos ahora. Luis nuestro otro compañero de trabajo la considera gorda, y la verdad es que tiene un poquito de sobrepeso pero yo creo que los kilitos le quedan bien. Es una señora seria y nunca se pone con cosas con nosotros sus empleados y eso qué nosotros nos la pasamos echándole broma, halagándola y haciéndole cumplidos. Después de todo es la jefa y conviene mantenerla contenta.
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Cobardía
RomanceCuando se escribe se deja parte del alma en lo que plasmamos y abrimos puertas y ventanas en nuestro ser por donde se puede colar (queramos o no) nuestros más íntimos pensamientos, secretos o deseos. Escribir no es fácil y no me refiero solo al arte...