Cap6 -El pacto

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Con mis manos cubrí mi rostro que estaba lleno de desesperadas lágrimas, y en mi mente le rogaba a alguna de las fuerzas superiores espirituales que me salvara. Diez segundos después, mis suplicas parecieron haber sido escuchadas, y el autobús en donde dramáticamente lloraba, arranco dejando a Roberto en mi pasado.

Ya estando en la ciudad, mire mi reloj y eran las 5:30Am del día siguiente. Lo primero que hice fue ir a un almacén y comprarme un enorme chaleco de cuero sintético; la temperatura en Bogotá era de aproximadamente 17°c y yo venía de Santa marta; una calurosa ciudad ubicada en el caribe Colombiano.

Comprado el chaleco, tome un taxi y le dije que me llevara al centro de la ciudad. En él, camine por toda la mañana como loca buscando algún empleo, hasta que por suerte y después de mucho esfuerzo, logre conseguir uno en unos de los restaurantes más reconocidos de Bogotá. Inmediatamente empecé a trabajar surgió una fuerte amistad entre una de las empleadas conmigo, su nombre era Esperanza; una mujer de estatura media, tez blanca, cabello castaño y madre soltera de cuarentaicinco años de edad. Con tan solo verla supe de que era una mujer trabajadora, fiel, honesta y muy colaboradora. Uno de mis dones consistía en poder percibir la energía de las personas y en base a eso podía saber cómo era su carácter y si era de fiar. Y Esperanza era una de esas personas en quién se podía confiar.

Después de varios minutos hablando, le comente mi situación como inmigrante, por lo cual me ofreció su casa para que me hospedara en ella mientras yo conseguía una mejor estabilidad económica. Al principio me negué rotundamente, pero fue tanta la insistencia por parte de ella que me toco aceptar su propuesta.

Al llegar en su estupendo carro rojo, a su no muy grande pero lujosa casa, voluntariamente la ayude a preparar el almuerzo mientras sus hijos llegaban del colegio. Por curiosidad empecé a detallar cada utensilio de la cocina, cada adorno de la casa y cada mueble que había en ella, dándome cuenta de que Esperanza ganaba muy bien como chef en ese restaurante.

Comenzamos a hablar de sus hijos mientras preparábamos el almuerzo, y por cómo me hablaba de ellos, llegue a pensar que eran unos niños de siete y ocho años. Pero cuando en el reloj dieron las 2:00pm, sonó el timbre y al abrir la puerta, me llevé la gran sorpresa de que estos dos chicos, eran nada más y nada menos que unos jóvenes extremadamente apuestos entre dieciséis y dieciocho años.

-hola -una gran sonrisa se asomó de entre los labios del castaño -¿Disculpa, nos conocemos? -preguntó extendiéndome la mano

-eh... Este... -me quede atónita y sin saber que responder por lo sorprendida que estaba de ver lo guapos que eran los muchachos

-hijos -dijo Esperanza, cayéndonos por sorpresa con una gran sonrisa, y rompiendo el incómodo silencio entre sus hijos y yo -ella es Isabel; una joven de la costa caribe que vino a trabajar como mesera al mismo restaurante en el que yo trabajo. Denle una calurosa bienvenida porque desde hoy vivirá con nosotros.

-pues quién sabe dónde irá a dormir, porque aquí no hay cama para tanta gente -respondido el mayor mirándome con desprecio de pies a cabeza -ah... Y por cierto ¡péinate! Porque que pelo tan feo tienes

¿Quién se creía ese infeliz para tratarme así? Bueno, relativamente estaba en su casa. Pero tampoco era para que me tratara de esa manera. ¿Cómo alguien podía ser tan sexy y tan odioso a la misma vez? Estaba claro que lo que ese cabello oscuro y labios rosa no tenían de feo, lo tenía de mal educado y prepotente.

-¡oye! ¿Porque tienes que ser tan antipático y tan patán con toda la gente? -preguntó el menor enfadado y dándole un golpe en el brazo -¿acaso crees que te ves muy lindo siendo así con las personas?

(Para ser franca, se veía muy candente)

-bueno, creo que él tiene la razón. Acá en esta casa no hay suficiente espacio para tanta gente y yo no quiero ser un estorbo -le extendí la mano a Esperanza como símbolo de gratitud -en verdad gracias por todo. Pero me tengo que ir

ROMPIENDO EL PACTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora