¡¡¿Soy débil?!! y que, ¡¡Voy a mejorar!!

Un Trabajo común Hajime (Parte 2)

P.O.V. Hajime
Habían pasado dos semanas desde que fui etiquetado como el miembro más débil e inútil de la clase. Ahora, me encontraba en la biblioteca, aprovechando el poco tiempo de descanso que tenía entre las sesiones de entrenamiento para investigar algo. En ese momento, tenía un libro en las manos.

El título del libro era Monstruos del Continente Norte: Libro de Dibujos, y como su nombre lo indicaba, era una recopilación ilustrada de los monstruos que habitaban en ese continente. ¿Por qué estaba leyendo un libro así? La razón era simple: no había mostrado ningún progreso en absoluto después de dos semanas de intenso entrenamiento. De hecho, lo único que había logrado era destacar lo patéticamente débil que era. Con la esperanza de compensar mis deficiencias físicas con conocimiento, pasaba gran parte de mi tiempo libre en la biblioteca, buscando respuestas o, al menos, una forma de ser útil.

Miré las ilustraciones de los monstruos por un rato antes de suspirar profundamente y lanzar el libro sobre el escritorio. Mientras lo hacía, el bibliotecario pasaba por allí y me lanzó una mirada de reproche. Salté de la silla, claramente sorprendido, y me disculpé apresuradamente. Su mirada enfadada dejaba claro que no toleraría que volviera a hacer algo así.

"¿Qué demonios estoy haciendo?", me pregunté con frustración.

Con otro suspiro, saqué la placa de estado de mi bolsillo y la observé fijamente, mientras apoyaba las manos en mi barbilla. Estaba cansado de ser el más débil, de no poder avanzar, y la presión constante comenzaba a hacerse insoportable.

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Hajime Nagumo - nlv. 2

Vida: 12

Fuerza: 12

Ataque: 12

Defensa: 12

Agilidad: 12

Velocidad: 12

Mana: 12

Títulos:
[Sinergista], [Invocado]

Habilidades:
[Comprensión de lenguaje], [Transmutar], [Evaluación de minerales]

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Ese fue todo el progreso que logré mostrar tras dos semanas de duro entrenamiento. ¡Ni siquiera puedo decir que me he vuelto más fuerte!, me gritaba internamente. En comparación, las estadísticas de Amanogawa habían crecido a un ritmo astronómico.

Amanogawa había alcanzado el nivel 10, y cada una de sus estadísticas superaba los 200 puntos. Su tasa de crecimiento era cinco veces más rápida que la mía. Y, para empeorar las cosas, descubrí que no tenía afinidad real para la magia.

¿Qué significa exactamente no tener afinidad mágica? Bueno, tiene que ver con cómo funciona la magia en este mundo. Aquí, la magia sigue un sistema muy específico. Al recitar un conjuro, uno puede transferir su maná a un círculo mágico, y el hechizo inscrito dentro de ese círculo se activará, lanzando así la magia. Nadie puede manipular directamente su maná, por lo que cada hechizo requiere un círculo mágico.

Además, la longitud de un conjuro está directamente relacionada con la cantidad de maná que se puede verter en el círculo mágico. La efectividad de un hechizo depende de la cantidad de maná utilizada. Cuanto más complejo sea el hechizo o más grande sea el área de efecto, más inscripciones se requieren en el círculo mágico para completarlo, lo que naturalmente significa que el círculo también debe ser más grande.