El Equivocado

╭┈─────── ೄྀ࿐ˊˎ-
╰┈➤𝑼𝒏𝒐

Dentro de una librería en el Soho se encontraba un hombre de cabellos rubios blanquecinos, revisaba en silencio las estanterías en busca de uno de los libros que había estado leyendo la semana pasada y que ahora no recordaba donde lo había dejado, era un día tranquilo cómo cualquier otro en su vida, rodeado de las cosas que amaba. Ahora sentado bebiendo algo de cocoa mientras hojea uno de sus libros, examinando este a fondo tal como le gusta hacer pensaba en su hermano Gabriel, más temprano en la mañana había recibido un mensaje del mismo diciendo que iría a verlo luego del mediodía ya que tenía algo importante para decirle, el rubio sólo tenía como familiar a su hermano, un hombre trabajador extremadamente fino, aunque muchas veces tuvieron sus discusiones cómo todo hermano mayor y menor, pero siempre se apoyaban mutuamente sin importar qué, ellos se tenían el uno al otro y a nadie más. Tras un apetitoso almuerzo, pasaron  algunas horas y la campana en la puerta de la librería sonó haciendo al rubio levantar la mirada, sonrió al ver a su hermano entrar de la mano junto a una mujer de negros cabellos que observa a su alrededor como sintiéndose acosada de algún modo, Gabriel rompió el hielo del momento con un saludo a su hermano quien correspondió saludando de paso, a la mujer de más baja estatura.

– Hermano, ¿como has estado estos días? –saludó el mayor con una sonrisa, caminando hacia el rubio.

– De maravilla Gabriel, y tú debes de ser Beelzebub, ¿cierto? Mi hermano me habló sobre ti. Es un placer conocerte –tomó la mano de la mujer para besarla, invitando a ambos a tomar asiento.

– Si soy, el placer es mío, Gabriel también me ha hablado de ti –dijo sentándose al lado del susodicho mientras el rubio les brindaba una taza de té.

– Gabriel, ¿qué era esa cosa tan urgente de la que querías hablarme? –Su hermano nunca había estado tan apresurado en presentarle a su pareja y esto parecía importante.

– Bueno, quería presentarte en persona a Beelz, ella es mi novia desde hace unos meses... Sé que es poco tiempo pero Beelz y yo nos enamoramos casi de inmediato, ella fue varias veces al lugar donde trabajo y en cuanto comenzamos a hablar entendimos que había cierta química –escuchando atentamente a su hermano, jamás lo había oído tan seguro de si mismo y sus sentimientos hacia otra persona, ya que en veces podía llegar a ser un verdadero patán. Pero esta vez no parecía ser el caso.

– Entonces, deben de gustarse mucho, me alegro por ustedes, aunque no entiendo ¿por qué razón querías hablarme tan pronto? –las dudas seguían llenando su cabeza.

– Lo que sucede es que, yo ya estoy comprometida con alguien –los ojos del rubio se abrieron de par en par, no muy feliz con la respuesta de la pelinegra– Es una persona importante, que le hará favores a la compañía de mi familia a cambio de nuestra boda.

– Gabriel ella no es buena, ¿cómo pueden salir si ya estás comprometida? Te buscarás un problema hermano, y sabes bien que yo no soy bueno resolviendo problemas –no le gustaba la idea de su hermano metiéndose en problemas por una mujer que ya estaba comprometida, y encima, con alguien de poder.

– ¡No es cierto, no llegué a la vida de Gabriel para causar problemas! –estaba actuando desesperada, ella normalmente es una persona muy amargada y refunfuñona, pero si ponían en dudas su amor quizás se desesperaría– Escucha Aziraphale, en serio, yo en verdad amo a Gabriel, y mi compromiso es algo puramente unilateral, jamás estuve de acuerdo con él. Mi hermano no quiere romper el compromiso, se opone a mi relación con Gabriel, y la boda es el próximo mes.

– ¿El próximo mes? Es normal que tú hermano se oponga a esta relación, ¡la boda es el próximo mes! –repitió algo asustado– Pero, ¿cómo le harán entonces? ¿Piensas usar a mi hermano sólo por diversión hasta que te cases? –Gabriel miró al rubio quien estaba un poco enojado por todo lo que estaba pasando en ese momento– Están seguros de que...