NIÑEZ

4 0 0
                                    

Calmose en la noche el tullido,

del niño indolente errante,

de sus brazos raspados, teñidos,

de trabajo a sol escalofriante.


De lágrimas nunca caídas,

de llantos nunca callados,

de realidades que canten gruñidas,

En cicatrices que canten los tratos.


Falló la ciencia en su rama,

al no prever este instante,

en que el infante se rebela a bramido,

de la vida tan intratable.


No fuese el quién que reclama,

no fuera el quién que abrigue,

el infierno del trato a su lado,

el dueño del mundo domine.


Todos somos el niño,

Quien muchos ya vieron llorar,

Y pocos son el adulto,

Que hicieron su verdad realidad.


3012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora