Capítulo 18

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Me sobresalté en cuanto lo primero que vi, fue a Michael.

Sentía que algo no estaba bien, para nada.

-Me dejas meterte los trozos de zanahoria en la nariz? O prefieres papas?

-Qué?

Michael cada vez me da más miedo, algunas veces me pregunto la razón por la que es uno de mis mejores amigos, luego recuerdo que sería peor si no lo fuera.

-Es que estoy haciendo una ensalada en tu cara- respondió como que si fuera lo más normal del mundo.

-Pero no te gusta la ensalada.

-Estaba intentando que tal vez me gusta así, pero creo que no, sería mejor una pizza.

Raro.

-Qué hora es?

-7:30- respondió mientras se encogía de hombros.

-No puede ser, por qué no me despertaste? Segundo día y ya voy tarde.

-Liz me dijo que entras a las 8:20, o algo así.

-Por eso, en 50 minutos.

-Después de siete sigue ocho?- preguntó mientras contaba con los dedos -Creo que sí- dijo confundido.

-Es obvio que si!

-Tampoco te la creas de muy inteligente por que estás en la universidad. Yo que voy a saber de eso.

-Eso lo tienes que saber desde antes de la escuela.

-Qué era la escuela?

Negué repetidas veces, Michael es un caso perdido.

Tomé la primera camisa que encontré y un boxer, luego me duché lo más rápido que pude.

Corrí hacia la cocina y me comí las galletas de dos en dos mientras tomaba chococlate. Me dirigí hacia el baño y me cepillé los dientes.

Finalmente, guardé algunas cosas en mi bolso y me dirigí hacia la entrada. Es raro que Calum no haya llegado.

-Michael!?

-Si?

-Sabes dónde está Calum?

-No irá hoy por que está enfermo. Es extraño, ayer se me desapareció un trozo de pastel y hoy Calum amaneció enfermo, no te parece misterioso?- dijo mientras pasaba sus dedos por su barbilla.

-Calum se lo comió.

-Ahora todo tiene sentido, estaba experimentando con una fórmula secreta y luego lo escupí para que nadie se lo comiera.

-Y por qué a ti no te hizo daño?

-Me ofendes Luke, mi estómago ya es de acero.

Luke, es tarde y te quedas hablando con Michael!

Cierto.

Llamé un taxi, pero aparentemente no había ninguno disponible.

Ni modo, voy a tener que tomar el bus.

-Te vas por la orilla y con cuidado. No hables con desconocidos. Me llamas en casi de emergencia- me dijo Michael mientras agitaba su mano en señal de despedida -Te quiero mucho, mi pequeño.

-Michael!- lo regañé avergonzado.

-Déjame. Liz me dijo que te cuidara y yo solo quería meterme más en el papel.

Rodé los ojos y continué mi camino. Alice. Comencé a caminar más rápido en cuanto la vi y por dicha logré escapar.

Suspiré aliviado, hasta que un perro, pero no uno cualquiera, probablemente el más grande que he visto en toda mi vida, mi veía enojado mientras me enseñaba sus dientes.

Ginecofobia ||L. H|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora