Capítulo 10

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Hoy era uno de esos extraños días en los que me sentía feliz, demasiado, diría yo.

Tenía la música de "Green Day " a todo volúmen.

Parecía una cabra loca, ya que corría por toda la habitación. Tomé mi cepillo y comencé a tararear la letra de "American idiot " mientras saltaba en mi cama.

-Luke, bájale volúmen a eso, ahora mismo- escuché gritar a mi mamá desde el primer piso.

Obviamente hice como si no la hubiese escuchado y continué haciendo como una foca pariendo.

En éste momento, necesitaba a los chicos. Los extrañaba demasiado, probablemente estuvieran conmigo haciendo lo mismo. Michael convulsionando en el suelo, haciendo como si estuviese tocando la guitarra, Ashton con dos cucharas en las manos, golpeandonos en la cabeza y Calum tendría el mando de la televisión. Tal vez hasta cantaríamos disfrazados.

La puerta se abrió de golpe y mi mamá me envió la chancla voladora, justamente me dio en la cabeza.

Perdí el equilibrio, pero al ver que la vecina me había estado observando, ya que soy tan inteligente de dejar la ventana abierta, de igual forma, terminé partiéndome la cara en el suelo.

-Auch- me quejé.

-No escuchas o qué?

-Qué?

Mi mamá le bajó el volúmen a mi móvil. Levanté la cabeza para quejarme, pero ella emitió un chillido horrorizado.

La vi confundido y ella corrió hacia mi.

-Por Dios. Hay que ir al hospital- chilló.

Sacó una de las camisas que habían debajo de mi cama y la puso en mi cara, luego tiró de mi brazo para que me pusiera de pie y me llevaba arrastrado hacia la entrada de mi casa.

Quité la camisa de mi cara, sangre? No puede ser, también le tengo miedo la sangre.

Comencé a marearme y mi mamá volvió a chillar y me llevó arrastrado hacia el coche.

*****

La trágica historia termina en que me despierto en el hospital, con unos 10 puntos en mi frente, el labio inferior inflamado y un moretón en mi ojo. Es exagerado, lo sé. Ah, por cierto, también tengo mi hombro izquierdo dislocado.

-Señora. Qué fue lo que le sucedió a su hijo?- le preguntó el doctor.

Probablemente me habían puesto un sedante, ya que me sentía como idiota y estaba actuándo como uno, todo me resultaba gracioso y me sentía como en las nubes, raro, lo sé.

-Fue un accidente, estaba saltando en la cama y se cayó- dijo mi mamá nerviosa.

-Cómo no me iba a caer? me lanzaste la chancla en la cabeza, duh.

El doctor nos vio con el ceño fruncido y confundido.

-Mi mamá no me agrede- añadí -Ella me dijo que le bajara el volúmen a la música, no le obedecí, luego subió a mi habitación y me lanzó la chancla en la cabeza para que le obedeciera, pero perdí el equilibrio y me di contra el suelo.

En el rostro del doctor, pude ver que tenía ganas de reír, pero intentó permanecer serio.

-Un accidente así, le puede suceder a cualquiera, solo tenga más cuidado la próxima. Señora Hemmings, utilice otro método para que su hijo le obedezca, de igual forma, yo creo que ya está muy grande, solo debe hablarle.

-Con el cinturón no- grité horrorizado.

Mi mamá me envió una mirada asesina, entonces mejor me quedé callado.

Ginecofobia ||L. H|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora