prologue

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La mansión Malfoy se encontraba en un sepulcral silencio, se podía escuchar las respiraciones de cada uno de los presentes, si alguien fuera capaz de tirar algo retumbaría por toda la gran mansión

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La mansión Malfoy se encontraba en un sepulcral silencio, se podía escuchar las respiraciones de cada uno de los presentes, si alguien fuera capaz de tirar algo retumbaría por toda la gran mansión.

Todos esperaban la llegada de su señor.

El sonido de piel siendo arrastrada les dio la señal de la llegada de su señor, Nagini iba al lado de su amo.

— Malfoy, puedes decirles a todos lo que lograste.

La mirada de todos se dirigieron ante los dos Malfoy presentes en la mesa: Daemon y Lucius Malfoy. Daemon con la mirada de orgullo y Lucius con miedo.

— Si mi señor.

Daemon sacó de su abrigo un sobre perfectamente doblado que ya poseía el sello roto.

— Señor Malfoy, me complace anunciarle que su plaza disponible como profesor de Defensa contra las artes oscuras ha sido aceptada — una sonrisa malévola estaba en los labios de Lord Voldemort. — Lo esperamos el primero de septiembre para el inicio del ciclo escolar, esperamos su respuesta en aceptación. Atentamente subdirectora Minerva McGonagall.

La risa macabra de Lord Voldemort llenó el silencio que se formó en la sala logrando que más de uno se le uniera.

— Como pueden escuchar, nuestro querido Daemon ha logrado filtrarse al colegio — elogio, aplaudiendo un poco. — Al igual que nuestra Nisha Dolohov, quien será profesora de runas antiguas.

La mirada de los presentes se desvió a la mencionada quien levantó su rostro con orgullo.

— Aplaudan a dos queridos aliados que han logrado lo que ninguno otro pudo — lo último lo dijo con molestia. — Nadie logró infiltrarse al castillo antes ¿porque?

Todos permanecieron en silencio a excepción de Daemon quien levantó su mano.

— Cobardía, mi señor — confesó Malfoy. — Los demás son cobardes. Le temen a Dumbledore.

La varita de Voldemort apuntó a todos los presentes menos a Daemon y Nisha, los demás se quejaban por el crucio lanzado.

Daemon poseía una sonrisa triunfal, estaba logrando aquello que deseo desde el primer día, ni siquiera su hermano se comparaba a su lado.

— Tienes razón, Daemon. Todos aquí no han logrado nada ¡Nada! — se puso de pie. — Mientras tú y Nisha logran triunfos como buscar aliados en el sur, los demás temen a Dumbledore.

Voldemort se paseó por la sillas, algunos agachaban la cabeza por miedo, otros permanecían mirándolo a pesar del miedo.

— Ni siquiera tú, Lucius — la mano de Voldemort se posó en el hombro del mencionado.

— Mi señor... — Lucius no terminó su frase debido al apretón en su hombro. — He intentado...

— ¡No te has esforzado lo suficiente! — gritó Voldemort. — Nadie se esfuerza lo suficiente. Como pretender que logremos sacar a los sangre sucia si dejan que Daemon y Nisha hagan todo el trabajo.

Daemon sonreía con orgullo, no cabía duda en su pecho, estaba orgulloso de sus logros, ser más que su compañeros. Ser la mano derecha de Lord Voldemort, mientas su hermano no era ni la mitad de su sombra. El Malfoy mayor miraba como sus compañeros eran maltratados uno por uno, por el señor tenebroso mientras él solo recibía los elogios, ignorando las muecas en el rostro de Nisha al escuchar los gritos.

PURE BLOOD; Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora