Capitulo 5

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Me despierto por la mañana cuando aún no ha amanecido, aunque para ser sincero no puede dormir mucho, sentía demasiada curiosidad como para dormir. Una persona "normal" se hubiera dormido sin importarle que fue lo que paso el día anterior pero yo no. Se que hay algo detrás de todo esto, lo presiento, es casi como si supiera lo que ocurre, pero creo que es evidente que no lo se. Tal ves no sea nada mas que un hombre que decidió ir a unos edificios y poner una bomba, quizá no tiene un propósito mas que el de aterrorizar a la ciudad. Puede que no esté pasando nada, o puede que esté pasando todo, puede que sea un villano increíblemente poderoso. Ya no se que es lo que debo hacer y aunque decidiera iniciar una investigación para descubrir esto, no puedo volver a mi anterior trabajo hasta haber pasado seis meses, por todo ese asunto de el veneno en mi sangre. Solo me queda una opción, y decido intentarlo.
Subo a mi auto y me dirijo hacia mi antiguo trabajo, al piso diecisiete, entro a mi antigua oficina y ahí está Diego dando vueltas en una silla.
-Diego, necesito tu ayuda. ¿Ya estás investigando el caso de la prisión que estalló ayer?
-Hum...- está sorprendido de verme-Obviamente no, que no supiste, solo fue una falla con las placas del fondo del edificio, según por lo que me dijeron se empezó a quemar y exploto. Y con todo esto ¿Porque lo preguntas?
-Pues, por nada para ser sincero, solo creía que quizá había sido algo planeado, algo como terrorismo.
Se me queda viendo mientras menea la cabeza de una manera extremadamente lenta.
-No puedes, aunque fuera un caso tu estradas fuera del juego por ahora, ¿es que no entiendes eso? ¿Es que no sabes que si hay adrenalina en tu cuerpo podría distribuir el veneno por tu cuerpo y matarte?
Claro que lo se, en el hospital duraron más de una hora y media intentado explicarme eso mientras que yo solamente miraba el techo y decía que si con la cabeza pero para ser sincero no me importaba en lo absoluto lo que dijeran, o quizás es que no quería darme cuenta de lo débil que soy y de que debo dejar de hacer lo que me gusta.
-Lo se y lo siento, es solo que esta en mi sangre, es parte de mi porque...
-Pues deberá de dejar de ser parte de ti si es que no quieres morir- dice casi gritando mientras me interrumpe.
-Pues prefiero estar muerto y no en ese lugar, tan aburrido- murmuro y no se si de verdad me refiero al piso o a estar cerca de Alessandra.
Me alejo sin decir nada mas y ignorando a Diego con la mirada, el llama mi atención diciendo "Hey, hermano" me doy la vuelta y me da un golpe en el brazo pero yo lo ignoro y sigo por mi camino sin decir nada. Solo planea arreglar el no haberla ayudado con un golpe en el brazo, no soy tan fácil de convencer.
Me subo a mi auto y conduzco aun mas rápido que de costumbre, eso suelo hacer cuando voy molesto que no suele ser muy seguido, ya que no suelo tener razones para enojarme pero esta ves si que lo estoy, alguien común no se enojaría con eso pero yo si, porque el sabe lo mucho que me importa mi trabajo, quizá no me hubiera enojado si no me hubiese gritado, eso es lo peor que alguien me puede hacer, gritarme, eso es la cosa que mas puedo odiar de todas las cosas que se pueden odiar en el mundo, y mucho mas porque me gritan por una razón irrelevante.
Llego a mi casa y hago lo que suelo hacer los fines de semana: nada, solo me quedo tirado en la cama viendo televisión.

Sigo con mi rutina diaria de los fines de semana hasta que mi celular suena, lo cual es raro ya que el único que suele enviarme mensajes es Diego.
Reviso el celular y es un mensaje de Alessandra, me pide verme en una plaza en el centro de la ciudad, no me siento para que pero dice que valla. Podría apostar a que es un asunto de trabajo pero cualquier cosa debería ser mejor que estar aquí encerrado sin hacer nada. En su mensaje dice que nos veremos a las ocho y apenas son las cuatro así que me quedo ahí esperando a que llegue la hora.
Cuando al fin llega la hora me levanto de la cama, la cambio mi playera negra por una camisa gris, una chaqueta y mis tenis blancos y sucios por unos negros, subo a mi auto y me dirijo al centro con el celular a mi lado como suelo ir siempre. Arranco y en menos de diez minutos ya he llegado al centro de la ciudad. Es un lugar bastante viejo, se termino de construir en el siglo XXIV, lleva más de cien años así como lo veo ahora, nunca ha sido remodelado o mejorado, se logra ver como la hierva crece entre los ladrillos y la pintura se escurre o se cae sobre las paredes. las calles ya se en viejas o con las líneas del camino despintadas o ya con un tono muy claro. Quizá sea el lugar mas viejo de toda la ciudad, suele estar vacío por el día a menos que sea algún día festivo o algo parecido, pero durante la noche, las luces adornan las fachadas o los establecimientos que están por todas partes de las anchas calles. Es algo muy bello, me gusta venir aquí por las noches pero no he venido aquí desde hace más de un año, por todo el trabajo y esas cosas pero me alegra estar aquí, aunque sea para algo de trabajo con Alessandra.
Camino por las calles hasta llegar a donde debía verme con Alessandra y ahí está, sentada en una mesa de madera afuera de un pequeño restaurante. Su claro cabello se mueve con el frío viento de la noche, la verdad es que se ve muy bien.
Me acerco a ella y me saluda con la mano sin decir nada, me siento con ella en la mesa y después de un largo y desesperante silencio me decido a decir algo.
-Y bien... ¿Porque me pediste que viniera?- digo con varios "hum..." en la oración.
-Solo quería hablar, de nada en especial para ser sincera, estaba algo aburrida y supuse que tu igual así que decidí hablarte- dice y me alegra que me haya enviado ese mensaje porque de verdad estaba aburrido.
-Perfecto, ¿quieres cenar algo? Le pregunto señalando a el restaurante.
Ella asiente con la cabeza.

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⏰ Última actualización: May 23, 2015 ⏰

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