El fin de semana ya había llegado y la mayoría estudiantes de la U.A iban a sus casas a pasar tiempo con sus familias. Entre ellos estaban Bakugou y Midoriya que, justamente, se dirigían hacia su hogar.
—¡Estoy en casa!— avisó un joven pecoso, adentrándose a su casa.
—¡Izuku!— se acercó su madre a llenarle de besos la cara mientras el otro reía. Una vez que dejó a su hijo entrar, habló— ¿Sabes? Mitsuki acaba de llamar y me ha dicho para que vayamos a su casa a cenar. Sé que estás todos los días con Katsuki, pero estoy segura de que esta noche podrán convivir mejor.
—A-ah...— miró dudoso a su madre quien tenía una resplandeciente sonrisa. Maldijo internamente—E-está bien.
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—¡KATSUKI! Pequeño demonio— llamó su madre desde la cocina.
—¿Qué quieres, vieja?
—Inko e Izuku llegarán enseguida— decía la mujer de cabellos rubios mientras lavaba los vegetales—más te vale portarte bien, mocoso. ¡Ah!¡y deja de llamarme así!
—Ajá— respondió con indiferencia el de ojos rojos mientras veía a su madre secarse las manos con un trapo. Luego se escuchó el timbre del hogar.
—¡Deben ser ellos!— sonrió emocionada para después pasar al lado de su hijo y acariciarle los cabellos y decirle—cambia la cara que te ves feo así.
—¡Ma!— se quejó y su madre dio una carcajada burlona al escucharlo.
Mitsuki abrió la puerta y sus invitados favoritos estaban allí con sus típicas y hermosas sonrisas. Gustosa los invitó a pasar.
—Ay, Izuku. Has crecido mucho, ¡mirá lo galán que estás!— decía la señora Bakugou mientras apretaba los cachetes del primer nombrado, quien estaba bastante sonrojado por los elogios—¡KATSUKI!¡ven a saludar!
—Ugh, buenas noches, tía, ner- Izuku—
—¡Wah!¡Katsuki, tú también has crecido mucho! ¡Estás precioso!— Inko acariciaba suave y cariñosamente su cabellera rubia. Ella y su padre eran las únicas personas por las que se dejaba tocar su pelo. Privilegiados.
—¡Mocoso de mierda, cuando yo te acaricio nunca te dejas!— reprochó su progenitora y en la sala de estar se pudo apreciar unas cuantas risas segundos después.
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La cena había transcurrido con completa tranquilidad, acompañada de risas, viejos recuerdos y alguna que otra discusión entre la madre e hijo Bakugou. Una linda noche.
Las madres se encontraban lavando los últimos platos entre risas y sus hijos estaban en el patio trasero.
—¿Pancito dulce?— se acercó Midoriya ofreciendo un pan relleno de una crema dulce. Bakugou lo aceptó y Midoriya se sentó a su lado.
Ambos estaban en completo silencio teniendo sus mejillas llenas del pan dulce que estaban devorando. Por suerte no era un silencio incómodo, simplemente eran dos "amigos" observando el cielo mientras comían un pancito.
—Yo seré el número uno, ¿sabes?— habló el de quirk explosivo aún masticando el pan.
—Por supuesto que sí, Kacchan— rió el contrario. Claramente Izuku no le dejaría ese puesto así de fácil, pero no quería empezar una discusión ahora, asi que optó por aceptar el comentario del rubio y dejar fluir la noche.
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𝘼𝙈𝙄𝙀𝙉𝙀𝙈𝙄𝙂𝙊𝙎 | Izuku-Katsuki
Hài hước-Momentos de Katsuki Bakugou y Midoriya Izuku como los mejores amigos del año. Una amistad que irá creciendo poco a poco con las situaciones que se presentarán a lo largo de su relación. ¿Podrán por fin tener una amistad "normal"? •Serie de drabble...