𝘃𝗶𝗶𝗶 : capítulo diecinueve.

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... Y despierto.

12/06/1985

El caso de T/n iba por buen camino: el padre de este estaba en prisión preventiva hasta la espera que T/n despertará, necesitaban el testimonio de este para concretar la sentencia. Sus amigos lo encontraban ridículo, podrían encerrarlo simplemente, tenían las pruebas físicas -en el cuerpo de T/n, en prendas de ropa y en su pieza- y los testimonios de sus amigos y adultos más cercanos, ¿para qué esperar más?

La madre de este estaba destrozada, avergonzada y con odio a si misma, fue tan ciega y tan estúpida para no darse cuenta que su esposo maltrataba física y psicológicamente a su hijo. Sólo salía de su casa para ver a T/n e ir a ver el tema de la demanda y todo eso, el resto del tiempo se la pasaba en su casa encerrada.

Will sentía pena por ella, pero no podía dejar de pensar que ella tenía algo de culpa en esto.

Ya no iba al hospital a llorarle a T/n como los primeros días, iba a hablarle, a contarle cosas y pedirle porfavor que despertará, que lo extrañaba mucho. Era una rutina casi: despertar y estar en su casa hasta las 14.00, después se iba a ver a Max u Once, las cuales estaban sensibles por todo lo que pasó, concretamente, ellas si perdieron a alguien. Y como remate iba al hospital hasta las 16.30, se iba a la casa de Mike o a la suya después, no importaba realmente.

Por otra parte, T/n sólo se dedicaba a caminar por ese campo interminable de trigo, observando el eterno atardecere que estaba al horizonte, no podía dejar de pensar en su vida fuera de ello, en la realidad.

Constantemente cerraba los ojos y recordaba todas aquellas cosas que lo hicieron feliz en los dos años que lleva en ese pueblito en medio de la carretera: esas conversaciones hasta el alba con Mike, esas discusiones eterno en clase con Dustin, esas horas de andar por toda la manzana cual preso con Max, las peleas con Lucas que dejaron más de un moretón y a ninguno le importó, las largas tardes que pasaba con Ce enseñándole todo lo que él sabía para hacer que aprendiera.

Y sobretodo, las mañanas donde amanecía al lado de Will, viéndolo y sintiendo su olor, donde él se ponía nervioso con el puro echo que lo tomara de la cintura. Que Will lo despertará a besos mientras le decía que dejará de ser tan vago, y él sólo se reía y se daba la vuelta para seguir durmiendo. Will lo abrazaba por la cintura y le decía que «sólo porque estámos los dos solos te dejo dormir» seguido de darle un beso en el hombro.

Al abrir los ojos volvía a ese campo, conformándose con ese sentimiento de soledad que sólo llena el estar con un amigo... O pareja.

«Se siente raro ya no estar con él... La casa se siente solitaria y callada sin él constantemente peleando con su papá... Probablemente él nos abandone también...» escuchó a Max suspirar cerca de él, se oía cansada y enojada quizás. De las casi dos semanas que había estado hospitalizado, había venido como tres veces. No lo hacía por mala, lo hacía porque dice que le dan ganas de llorar cuando viene.

√ | ❛ es mejor que ser ★ como los demás ; w. byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora