𝘃𝗶𝘃 : capítulo dos

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Cinco días.

── ¿Favor? ¿De qué se trata?

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── ¿Favor? ¿De qué se trata?

── Necesito que me lleves a un lugar, fuera de Los Ángeles y sin que mi mamá sepa.── dijo susurrate.

── T/n, son las 11 de la noche, enano, no jodas... ¿Cómo crees que voy a poder sacar el auto sin que mi mamá se enteré?

── Porfavor Richie, es urgente. Mi vida depende de ello, por favoooooooooooooooooooor

── Y a mí que ── se interrumpió a si mismo para aclarse la garganta y suspirar, dejando al otro ansioso para ver qué decía ──, mira... Voy a ayudarte-

Tuvo que contener el grito de felicidad.── Pero necesito que me des algo a cambio ── obvio...── Bien, sí claro, no hay problema, ¿qué quieres? ¿Un disco de vinilo? ¿Una entrada al concierto de Pink Floyd? ¿Una mamada? ¿Una cita con el niño ese que siempre miras?

── Te diría que si a las últimas dos pero no... Quiero otra cosa.

── ¿Qué?

── So JAJAJA

── Ya.... En serio, esto es serio...

── Tu mesada por los próximos cinco meses ── eso le vino como un golpe directo al estómago que lo dejó sin aire por unos segundos.

Escuchó la risa algo cínica de su amigo desde la otra línea, riéndose de su desgracia. Se aclaró la garganta y se pasó la mano por el cabello.── Yo no tengo mesada, Rich

Otra vez la risa.── Claro, y las guitarras y discos originales que tienes en tu habitación las trajo Santa, ¿no? ── se vio obligado a darle la razón, si no lo hacía tal vez no lo llevaba. Cuando se trataba de hacer favores a cambio de dinero, Richie era muy serio.

Rodó los ojos y suspiro.── Bien, trato...

── Ay, me encanta hacer esto ── una pequeña risa ──, en mi casa en 10 rata fea.── dijo cortando. Él no lo dudo mucho y subió a preparar sus cosas, suponiendo que no iba a hacer ida y vuelta en el mismo día.

Además, debía darle algo a cierta persona.

Con la mochila en el hombro y chaqueta puesta le aviso a su tía que iría a dormir a la casa de Axel junto a sus amigos, y en el caso que no volviera para mañana o más días, que no se preocupará. Total, no sería la primera vez que pasaba.

Le dejó agua y comida a su gato y se dispuso a irse.

No podía negar que le emocionaba la idea de escaparse de su casa y su ciudad, era casi de madrugada y no había casi nadie en la calle. Habían varias casas con música algo fuerte, seguramente fiestas que daban y todo eso.

Quizás suene raro, pero sentía que estaba haciendo algo ilegal, y eso era lo que lo mantenía en un constante estado adrenalinico.

Abrió la puerta de su casa y la cerró al salir de ella, encontrándose de frente con uno de sus amigos.

√ | ❛ es mejor que ser ★ como los demás ; w. byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora