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A través de los ojos de otro.

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Le parecía casi irreal estar parada frente a aquel barco al que Luka Couffaine llamaba hogar. Y no era que el lugar estuviera feo, mas bien no era para nada su estilo y eso la asustaba de forma escandalosa.

—Dime que planeas mudarte en algún momento —sus ojos se fijaron en su propia cara.

—Quizás hasta que vaya a la universidad — dijo Luka colocando las manos sobre sus ahora femeninas caderas.

—No toques mis caderas —se quejó quitando un momento la vista del barco.

—Chloe —el viento movió ligeramente la rubia cabellera, debía admitir que la chica tenía un cabello bastante cuidado y hermoso, sin embargo a el le gustaba su inusual cabellera azul. —No vayas a ser condescendiente con Juleka, se gentil con ella.

—Pues desde ahora te aviso que voy a portarme tan bien como lo hagas tu —lo cierto era que una actitud como esa en un rostro masculino daba el doble de miedo.
—No me quiero enterar de que tengas una actitud dulce con la panadera, no me hagas perder la paciencia Couffaine. Nada de  “¡Marinette, comamos un helado!” o “¡Caminemos juntos” Nada de eso, para mi es una panadera mugrienta. Mi reputación de malvada me a costado y no quiero un tonto como tu lo arruine todo.

Luka estaba apunto de contestar algo cuando Jean hizo su aparición en la lujosa limusina rosa que Chloe tanto amaba.

—Señorita, ¿Esta lista?— Dijo sonriendo abriendo la puerta del hermoso vehículo.
Luka caminó un poco inseguro, no tenía ni idea de como iba a ser para adaptarse al menos un poco a la vida tan abrumadora que Chloe parecía tener.

—¡Chloe, camina derecha! Un Bourgeois jamás se encorva —El chico de inmediato se enderezó y sin poder evitarlo Jean volteó a ver al muchacho que se había atrevido a gritarle de esa forma tan ruda a su adorada señorita. —¿Qué vez? Órale lleva a Chloe a casa.

Confundido el pobre hombre casi se cae, todo provocado por la terrible idea de que su señorita hubiera escogido como novio a un chico tan grosero como ella.

(…)

Chloe

Con algo de miedo la chica miró a través de los ojos de Luka como su cuerpo se alejaba.
«¿Que diablos hago?» Con fuerza apretó las llaves adornadas con un adorable llavero en forma de unicornio. ¿realmente estaba lista para entrar a ese lugar? 

Libertad: ese era el nombre del colorido barco. ¿Y si era un completo basurero? ¿Qué pasa si hay ratas? ¿Cómo haría para sobrevivir?  De pronto una nube oscura de inseguridad la invadió. ¿Pánico? «¡No puedo!» pensó con algo de temor y retrocediendo un par de pasos.  «¡Quiero ir a casa ahora mismo y tomar un baño de burbujas con sales importadas de oriente!» de nuevo retrocedió y esta vez sin tener cuidado, provocando una caída muy fuerte desde las pequeñas escaleras rojas.

—¡Luka! —la suave voz la alarmó de sobre manera. —Hijo —fue solo cuestión de segundos para que la mujer de abrigo negro con borde dorado sobre una blusa rosada y jeans azules, estuviera prácticamente cargándola o bueno cargando el cuerpo de su querido y adorado hijo. —¿Qué pasó marinero? ¿Por qué no prestaste atención? ¿Duele mucho? —Señaló la masculina pierna, pues la rodilla estaba sangrando.

—Estoy bien —Sonrió forzadamente intentando hacerlo lo mas parecido a Luka. Pero el dolor fue tanto que la chica no pudo evitar prácticamente chillar cuando intentó ponerse de pie. —¡Ahhhhhhh! ¡Auch! ¡Duele! ¡Me duele MUCHO!

LUKLOE-INVERTIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora