𝟭𝟮

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Las manos de Sunoo temblaban, quizás ya ni sentía el flujo sanguíneo. La lluvia no daba tregua y el viento cada vez era mas fuerte. SungHoon lo cubrió con su abrigo, quedando ambos protegidos y muy apegados. Quizás mucho mas del necesario.

La incomodidad física se estaba haciendo presente, así que como SungHoon estaba sentado de forma estable no encontró otra solución mas que sentar a Sunoo en sus piernas. Sunoo se sonrojo, le avergonzaba ese gesto cuando su trasero había sido ultrajado en una posición sugerentemente parecida.

Sunoo se decía a gritos que olvidara lo que sucedió, que solo habían follado. Que no se imaginara un futuro que estaba destinado a fracasar. Pero su corazón amablemente le recordaba que SungHoon era su primer amor, su primera vez. Alguien importante. Aunque quisiera agarrar una almohada y llorar hasta terminar con ese sentimiento no podía, no funcionaba de esa manera. Cansado de luchar consigo se apoyó en el pecho de SungHoon para buscar calor.

SungHoon comenzó a oler su cabello. Era el mismo de siempre pero ahora era mas fuerte. Quizás por la humedad. Sin pensarlo, lo abrazó mas fuerte. Era culpa del frío, nada mas.

Ambos se pusieron de pie rápidamente cuando vieron que un taxi se asomaba a lo lejos, con el letrero de libre encendido. Rápidamente lo hicieron detener para subir prácticamente empapados. Sunoo que tenia mucho sueño apenas toco el asiento cayo rendido en el hombro de SungHoon quien solo lo dejo, mientras se dedicaba a mirar la ventana con avidez. Hablándole al conductor cuando este le preguntaba algo.

Sunoo saltó en el sueño, murmurando algo que SungHoon no logró entender. No podía explicar porque sonreía cuando lo miraba o como tenia la necesidad extrema del cuidarlo. Cuando sabia que tenia que poner distancia para no confundir las cosas.

SungHoon salió de su ensimismamiento cuando el conductor le comento que ya estaban en la calle y que necesitaba que le dijeran donde parar. No era muy lejos así que rápidamente saco dinero de su billetera y tomó a Sunoo con cuidado, al estilo príncipe, quien no despertó para objetar. La casa de Sunoo consistía en un hermoso jardín donde la reja no tenia llave. Apenas llegó a la puerta se le presentaron dificultades, esperaba que no estuviera con seguro. Apoyo a Sunoo en el piso, mientras este se sujetaba con fuerza de su cuello, y abrió con la manija, tomando rápidamente a un Sunoo que comenzaba a deslizarse.

—Eres un bebé.

Sunoo se removió con el ceño fruncido pero no hizo mas. Le sacó la ropa para que se sintiera mas cómodo, buscando el pijama que se encontraba bajo su almohada. Suspiró con fuerza cuando pensó en lo negativo de la situación, pero se dijo que dejara de ser un imbécil y lo vistiera rápido antes de que se enfermara por su culpa. Intentó no mirar y se concentró. Después de arrullarlo en su cama con las sabanas y las frazadas, se fue al sillón, adormilado. Encendió el televisor por si encontraba algo interesante, pero Morfeo lo fue a buscar al instante.

 Encendió el televisor por si encontraba algo interesante, pero Morfeo lo fue a buscar al instante

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—SungHoon despierta.

—No quiero, tengo sueño—SungHoon murmuro molestó, quería descansar.

Una voz molesta se hizo presente —No te comportes como un niño que hace rato no lo eres. Te agradezco que ayer hicieras esto— Apunto su ropa avergonzado —Pero ya hice el desayuno y espero que te levantes.

—¿Me agradeces lo de ayer? ¿Lo de hacerte el amor? No tienes porque agradecerlo cuando ambos...— SungHoon abrió los ojos rápidamente cuando noto una respiración exagerada en Sunoo. Tenia que olvidar, pero su sueño vivido no había querido que lo hiciera, recordándole muchas veces lo que hizo y las que quisiera hacer en un futuro imposible. Era un completo idiota.

Sunoo se recompuso rápidamente —Gracias por lo de ayer. Me refiero a traerme a casa y ponerme el pijama— Su tono de voz era cortante.

SungHoon lo tomó de la mano cuando estaba caminando hacia la cocina —Perdón. No tienes que agradecer nada. Soy tu mejor amigo, es lo mínimo que puedo hacer.

Sunoo asintió. SungHoon se odio. No era hacer el amor, habían follado y eso lo tenia que tener claro.

Apenas SungHoon terminó el desayuno, se despidió de Sunoo para dirigirse a su casa. Su animo no era el peor, y eso lo estaba matando. Debería sentirse mal, culpable. Verificó su celular en el bolsillo y notó que estaba apagado. Tampoco quería encender. Apenas entró busco el cargador y el enchufó. Los mensajes y llamas perdidas fueron los primeros en ser notificados. Una llamada entrante.

—¿Wonyoung? ¿Llamaste a casa? No estaba aquí. Si se que lo notaste pero no... En casa de Sunoo. ¿Como? Si llegue recién pero... ¿Cómo que ya te vienes? Estoy feliz pero no esta nada limpio... No se me había olvidado que era pronto pero ¿Hoy?— SungHoon observó para todos lados, estaba echo un lío. —Te espero.

SungHoon saltó a lavar los platos y verifico que en el refrigerador hubiese algo que comer. No había. Rápidamente tomó las llaves y su billetera para ir al supermercado mas cercano. Con las bolsas a rastras, las mismas que dejó en la cocina, se dirigió a bañar. Cuando se miró en el espejo casi le dio un infarto por la sorpresa. Los rasguños se notaban mucho y en su cuello habían manchas que causarían sospechas por la procedencia. No tenia tiempo para preocuparse. Se vistió lo mejor que pudo y tiro lo usado a la lavadora. Observó que empezara a girar antes de recostarse en la silla para descansar.

Wonyoung llego al rato después, con tres bolsos enormes y una maleta con rueda que apenas se movía. Sonrió con ganas y cuando ella saltó para saludarlo, SungHoon la tomó con fuerza para girarla. A ella no le pareció extraño que él la besara en la mejilla. Estaba feliz de verla, no de forma exagerada, solo se sentía bien.

—Pensé que no estarías para recibirme— Lo llevó a la cocina para que siguieran conversando, mientras ella ordenaba las bolsas del supermercado, dándole miradas exasperadas a SungHoon. Ella sonreía y el hombre que ella creía que tenia como prometido solo estaba pensando en algo que no debería pensar.

—Compras rápidas— Se sentó en una mesa con una manzana en la mano, que lanzaba hacia el aire.

—Como seré tu esposa yo no estaré haciendo esto siempre. No seré tu empleada.

—Claro como el agua— Mordió la manzana, mientras miraba sus piernas.

—Antes de que se olvide mencionarlo— Wonyoung se acerco hacia SungHoon, tocando su mejilla. —Lo he pensado desde hace tiempo y creo que te encantara la idea— SungHoon levantó una ceja, incitándola a continuar —Quiero que Sunoo sea nuestro padrino de bodas.

—No— SungHoon fue cortante.

Wonyoung tocó su mano pero este la apartó, no estaba comprendiendo —¿Por qué no?

—No creo que quiera— No podía hacerle eso. No quería eso. No era correcto.

—Se que tu eres su mejor amigo. El querrá. Confía en mi. Vamos hoy mismo a hablar con él. No he pensado en otra persona. Quiero que comparta con nosotros este momento especial.

—Apenas llegaste ¿Tan luego quieres visitarlo?

—Mientras antes sea, mucho mejor— Wonyoung sonrió como nunca y se tomó de su brazo.

—¿Segura?

—Completamente.

SungHoon ya no tenia como objetar. Si algo se le metía en la cabeza no había manera de quitárselo. Su pecho dolió. Y el anillo nunca le había molestado tanto como ahora.

 Y el anillo nunca le había molestado tanto como ahora

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𝙏𝙐 𝘼𝙉𝙄𝙇𝙇𝙊 𝙉𝙊 𝙎𝘼𝙇𝙀 𝘿𝙀 𝙈𝙄 𝘿𝙀𝘿𝙊 // 𝙎𝙐𝙉𝙎𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora