Cuando despertó sabía que ese día sería largo y aburrido, igual que los otros de la semana anterior. Dudó en sacar su cabeza de debajo de la almohada, le daba tanta pereza desatarse de la red del sueño.
Decidió levantarse, gran esfuerzo que le supuso, se fue directamente al baño y se enjuagó la cara. La noche fue algo extraña, parecía como si no hubiese dormido nada. No le dio importancia y se marchó a cambiarse. El conjunto de hoy era muy parecido al de ayer, camiseta blanca, la más normal que te puedes encontrar, unos pantalones más aburridos cada vez que los veía y unos zapatos de clase, como él. Se extraño mucho no sentir ganas de ponerse sus mejores galas. No encontraba la motivación que siempre tenía.
Para cuando bajo a desayunar al café de la esquina, el olor a café de impregnó la ropa. Pidió un café y una tostada.
Cuando estaba apunto de pagar, se dio cuanta de un detalle, de la visera se escondían unos hermosos ojos azules. Se fijó un poco más y el cabello era igual de rubio que su persona. No podía ser, no podía ser que hubiese bajado con esas pintas. Se quedó pertificado, hasta que alguien le dijo que se apartase, era el mismo Inui mirándole. Parece ser que no se acuerda de él, que no se acuerda de mí, de Koko.
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POV Inui:
-¿Y ese hombre que hace allí parado? ¿No sabe que tengo más clientes por atender? La gente está más loca en cada día que pasa...
Parece que necesita ayuda para pagar y coger sus cosas, le tengo que ayudar.
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- hey! ¿Necesitas algo? Si necesitas ayuda puedes consultar en mi compañero de al lado. Él te puede resolver todas las dudas que tengas. - una voz emitió.
Koko en el otro lado se había quedado reflexionado sobre por qué no le había reconocido. Cuando oyó la voz ya estaba recogiendo las cosas y saliendo por la puerta con una velocidad que él nunca se lo hubiese creído.
Inui se quedó mirando al sujeto que actuó de forma muy extraña.
- la gente está cada vez más majara, ¿no? - soltó una clienta del cajero de al lado.
- si, tienes razón. Ese dependiente fue amable con él y no se lo agradeció, ni siquiera lo miró. - respondió otro cliente.
Inui le pareció extraño que la gente se comportase así. Solo había visto esa acción cuando en el café, una chica descubrió a su novio poniéndole los cuernos. La reacción de la chica fue correr hacia la puerta y no regresar jamás.
Bueno, será solo un tipo normal que tendrá urgencia. ¿Pero por qué me suena tanto?...
Koko corría por los pasillos de su bloque hasta dar con su apartamento, abrió la puerta y corrió al servicio para tranquilizarse. Mierda, todo se había ido de las manos, quería presentarse en la fiesta con un buen traje y buscar a alguien especial. ¡No encontrarlo de esta manera!
- Ok, tú tranquilo, todo va a salir bien, solo era un mal comienzo, pronto podrás con ello y podrás ser feliz. Solo había pisado con el pie izquierdo, las cosas se arreglarán.
Koko se pronunciaba estás palabras para encontrar la paz. Se miró en el reflejo y comprendió que a lo mejor se había equivocado, no era Inui, creo que pensar en él las 24 horas del día no debía hacer bien efecto en su cabeza. Que podría haber sido alguien normal con cabello rubio y ojos celestes, no era él.
Por fin se relajó y se tumbó en el suelo del dormitorio, pensando en todo lo que podría haber ocurrido.
- hola señor de las mayores riquezas del mundo.
Joder quien podría ser más que Sanzu colándose el balcón de su compañero.
- ¿Por qué estás aquí? ¿Como has podido subir hasta un segundo piso? ¿Acaso eres alguien que le picó una araña en el culo? - dijo Koko para burlarse de la habilidad del pelirosa.
- he visto todooo, es decir todo lo que ha pasado en el café. Así que no me vengas contando historietas para evitar el tema. - dijo en respuesta - espérate, que te tenía que contar algo importante... Siempre haces que me olvide del tema principal para centrarme el tus historias de viejas. La siguiente vez, ¡no me van a mandar a mí a informarte! Que siempre me lías, van a mandar a alguien que no te entretenga para hacer bien tu trabajo, eso lo tienes garantizado.
- ya se lo que me quieres contar, cabeza hueca, tienes que contarme algo sobre negocios. - dijo Koko con aire de superioridad.
- eso era, Koko eres un genio. Bueno, que hay alguien importante que quiere hacer negocios con alguien que sepa del tema, por eso te hemos elegido a ti, bla, bla, bla... - continuó Sanzu.
Koko no le escuchaba, su mente estaba pendiente de lo sucedido, mañana tendría seguro que se iria a disculpar con él, no quería ser borde, solo que la primera impresión no dejó que su cerebro funcionase. Se disculparía y buscaría el nombre del cajero para ver si era Inui o un random.
- (...) Y ese es el plan.- finalizó Sanzu con cara orgullosa. - un momento, ¿me estabas escuchando?
- ¿que? Ah, si por supuesto que acercaré las ideas para que sea un proyecto estable, y espero que la gente esa sea buena haciendo su trabajo porque entonces... Bueno, mañana nos vemos, cara de gamba.
Al finalizar la conversación, Sanzu desescaló todo y se marchó. Dejo a Koko detrás en la ventana mirando la hermosa noche estrellada, sin luna.
~buenas noche luna, luna, luna, buenas noches luna, nos vamos a dormir~ cantó Koko a la luna antes de desplomarse en la cama.
Mañana sería un día duro.
