Donde las estrellas lloran

Capítulo ??????

El sonido de la máquina de coser mantiene centrado en su trabajo a César. Un trazo por aquí, otro por allá, añade lentejuelas y un poco de satén, el vestido blanco similar a uno que usaría una novia el día de su boda está empezando a tomar forma. El moreno, coloca la parte superior del corsé sobre un maniquí. Lo mira e intenta distinguir si las costuras están bien hechas o si debe mejorarlas. Le quita el corsé al maniquí y ahora lo usa él, se pone frente al espejo y da una pequeña vuelta en sí mismo. Se da cuenta que el corsé no encaja lo suficientemente bien en su cuerpo delgado y con pocas curvas. Acaricia su pecho, el tacto en la tela de encaje y lentejuelas le hace recorrer a través de su cuerpo un pequeño choque eléctrico, le satisface usarlo, le gusta como se ve, a pesar de que sigue faltando añadir la falda.

"Debo ajustar más para que los pechos encajen mejor"

Mientras bailaba al ritmo del sonido de un piano nostálgico, varios recuerdos vinieron a su mente:

Recordaba a su madre, Ninoska ayudándole a ensartar un hilo en una aguja mientras él estaba de pie sobre un banquito al lado del escritorio de su madre.

—Sostén bien la tela y la aguja para que no vayas a pincharte el dedo Cesi ―Ninoska esboza una dulce sonrisa a su hijo

Hacía años que no la veía ni hablaba con ella por lo que recordaba su voz como una hermosa pero distante tonada. Como diseñadora y CEO de su propia marca, pasaba poco tiempo en casa, las llamadas nocturnas que interrumpían su sueño o sus compromisos maritales, citas imprevistas con inversionistas o invitaciones a las semanas de las modas en diferentes locaciones hacían que su tiempo con César fuera escaso durante la mayor parte del tiempo. Aún asi, cuando ambos estaban juntos en su taller, la mujer intentaba dedicarle la mayor atención posible a su hijo enseñándole las cosas básicas sobre la confección y la costura. Tal vez si compartían un pequeño "hobby" juntos, tal vez podrían verse más seguido cuando el moreno fuera mayor. A pesar de todo, la costura y el diseño de modas era el arte heredado de sus madres a sus hijas en la familia materna y no quería romper ese ciclo por haber tenido un único hijo varón.

Debido al cambio de la oficina central de su marca a otro país, si necesitaba crecer, debía empezar a codearse con "Los grandes". Su padre no estaba de acuerdo de ese gran cambio, significaba separarse su esposa y que esta a su vez se separara de su único hijo. Hijo que le amaba con todo su ser, pero para Ninoska no había nada más importante que su marca a un paso de estallar de popularidad y si debía sacrificar sus relaciones, por supuesto lo haría, eso solo podría asegurarle un puesto a César en la industria de la moda.

Ninoska terminó yéndose de casa y dejando a césar a cargo de su suegra, el padre de César intentaba cumplirle lo más posible, pero era difícil su disquera también estaba empezando a ser popular gracias a diversos artistas. Así que las reuniones calidad y comidas calientes en familia se convirtieron en llamadas esporádicas, cenas por delivery y algunas hechas por la mucama o por la abuela de césar, los regalos empezaban a ser abundantes y costosos, pero eso no llenaba el vacío emocional del moreno.

No fue sino hasta una fría noche de invierno en el que el matrimonio de sus padres se vería interrumpido por una llamada accidental de Ninoska a su hijo. Las llamadas no eran frecuentes, por lo que le pareció bastante extraño, cuando él llamaba siempre contestaba una secretaria o caída directamente al buzón. Pero aquella noche la llamada estaba repleta de sonidos extraños, gemidos y gruñidos de una voz feminina y otra masculina. César se asustó, pensó que su madre estaba teniendo algún tipo de ataque por lo que corrió con el teléfono en la mano hacia su abuela. Lo único que recuerda el chico de ese día fueron gritos acompañado de palabras obscenas, amenazas, a su padre sentado en un sillón llorando y a su abuela regañándolo. "Te dije que no era una buena mujer"