Capítulo 4: La cita

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"¿está mal sonreír cuando tú sonríes? ¿Está mal llorar cuando tú lloras? ¿No es esto a lo que llaman empatía?"

A frank le incomodaba mirar su cuerpo en el espejo, un cuerpo delgado, pálido, un poco marcado y lleno de manchas no sería atractivo para nadie, o eso pensaba él. Abotonó su camisa blanca, y se sentó en el borde de la cama para amarrar las trenzas de sus zapatos. El reloj señalaba las siete y un cuarto, y en cualquier momento llegaría su madre para avisarle que ya debían irse. Frank no podía creer que Vero había aceptado salir con él, ahora tenía que pensar todas las cosas sobre las que hablaría con ella o la cita sería un total desastre.

El chico sacó un pequeño block de notas y anotó algunos temas que le parecieron interesantes, también algunas de las preguntas que le hizo Ibra la noche anterior. Miró su mesa, ahí estaba el monitor con la pantalla rota, su madre aún no lo sabía, pero tenía que decírselo si quería uno nuevo. Se levantó y le colocó una sábana encima.

Ibra...

No comprendía a Ibra, ni el porqué de todas sus actitudes, podía ir desde lo más alegre y tranquilo hasta lo más agresivo. Las preguntas que se hicieron la noche anterior y su situación con Vero eran un claro ejemplo de los extremos de la personalidad del rubio, aún si el otro chico tenía motivos para molestarse, no justificaba el hecho de que estuvo a punto de golpear a su prima, pero, ¿de verdad la habría golpeado si Frank no se hubiese interpuesto?

<<¿Qué clase de hogar tiene ese chico?>> Pensó Frank.

***

Digory no estaba muy contento de llevar a Frank a una cita con una muchacha desconocida, con los pocos días que llevaban en el pueblo su familia había organizado una cena de reencuentro junto a los otros familiares en un restaurant del centro. Era poco correcto que su hijo prefiriera salir con otra persona en vez de ver a sus tíos y primos luego de varios años sin visitarlos. Aun así, le dio un par de consejos sobre cómo actuar frente a ella, a lo que Nancy mientras lo escuchaba hablar se reía, ya que Digory había usado esas mismas tácticas cuando recién estaban saliendo.

Se estacionaron frente al restaurant donde sería la cita de Frank, un establecimiento con fachada de madera y muchas macetas guindando del techo, una enredadera trepaba por las vigas de la entrada, estaba adornada con pequeñas luces blancas. En el letrero neón se podía leer "West Restaurant". Frank se bajó de la camioneta, antes de que el chico cerrara la puerta, Nancy le dio la dirección de a donde debía dirigirse si la cita terminaba temprano. El carro echó a andar, y Digory miró por el retrovisor se quedó viendo al restaurante y sonrió de medio lado.

Frank subió la escalerilla del restaurante, el barandal tenía plantas de eucalipto que emanaban una dulce fragancia, las mesas exteriores estaban decoradas con manteles blancos, le sorprendió ver que no había nadie sentado ahí, sin embargo, pensó que a lo mejor el ambiente adentro estaría mucho más agradable.

Arregló su cabello castaño, limpió sus dientes con la lengua e inhaló muy profundo para calmarse, ya estaba ahí, ahora solo debía dar el paso, pero la duda nuevamente llegó a su mente ¿y si no estaba? ¿y si lo dejó plantado? O si al contrario, él llegó muy tarde y ella se cansó de esperar. Miró el reloj de su teléfono, siete y cuarenta, veinte minutos de retraso, sería mejor que se apresurara si quería aclarar sus ideas.

El interior del restaurant tenía paredes recubiertas con una fina madera oscura que daban una apariencia rústica junto a los cuadros que simulaban ser césped y enredaderas entre las mesas, a medida de que avanzaba se fijó en que el sitio tenía doble barra, una dedicada a las bebidas alcohólicas y otra que tenía vidrieras repletas de dulces y la entrada a la cocina, que cuya puerta permitía el paso libre de los meseros y dejaba ver un poco el interior de la misma. El aroma de la carne asada ligada con licor de limón hacía que el pelicastaño babeara, le recordaba a cuando iba a las cenas con su familia antes de mudarse al pueblo, se preguntó si sus padres se lo estarían pasando bien con sus tíos.

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