TE AMO ; Cho Miyeon

001

Eunji y Miyeon se encontraban mudándose a un lindo departamento en Seúl. Despues de tres años de relación las dos decidieron mudarse juntas.

Miye se encontraba acomodando cosas en su nueva cocina cuando sintio unas manos rodear su cintura y pequeños besos en su cuello.

— Jiji para, me haces cosquillas! — Dijo la mayor mientras agarraba las manos de su novia y soltaba una pequeña risa.

Luego de que Eun besara el cuello de Miye, la última se dio vuelta para agarrar el cuello de Jiji y hacerle caricias en la nuca.

Eunji miraba a Miyeon con tanto amor y cariño, se notaba que la amaba.

— ¿Qué tanto me miras? — Interrogó la rubia.

— Lo hermosa que te vez con ese vestido blanco, Mimi — Dijo la castaña con una sonrisa.

Ante el acto de la menor Mimi se limito a besar su mejilla y esconder el leve sonrojo que le había provocado en su cuello.
A pesar de tener tres años de relación y que no sea la única vez que Eunji la alaga de tal forma, Miyeon seguía poniéndose tan sonrojada y nerviosa. Simplemente Eun hacia que el corazón de Miye se acelerará con tan solo decir que era hermosa.

— ¿Seguis poniéndote nerviosa?¿De enserió? — Cuestiono Jiji con un tono burlon.

La mayor solamente asintió, aferrándose más al cuerpo de su novia.

— Bueno, ¿Que te parece si vamos a acostarnos? Esto de la mudanza me tiene muy cansada, me imagino que vos también.

— Si, a mi también me tiene bastante cansada — Respondió Miye finalmente saliendo del cuello de su novia y dándole un pico a Eun.

Las dos se dirigieron al cuarto compartido, este tenia un gran ventanal que dejaba ver el cielo estrellado, con la luna siempre mostrando su lindo resplandor.
Las dos enamoradas cambiaron sus ropas por pijamas y se acostaron en la cama.
Eunji tenía a Miyeon en su pecho mientras le daba caricias a su pelo.

– Te amo mucho, Eunji — Dijo Mimi con la vos adormilada.

– Yo también te amo mucho, Miyeon — Contesto dándole un beso en la cabeza.

Así es como las dos se quedaron completamente dormidas, una abrazada a la otra, como siempre lo hacían. Se sentían tan cálidas, como la primavera o como un atardecer. Apesar de que estaban en invierno.